Un granuloma es una formación inflamatoria que se forma cuando el sistema inmune intenta aislar una sustancia o cuerpo extraño que no ha sido capaz de eliminar. Los granulomas aparecen en muchos tipos de enfermedades, aunque son especialmente comunes en enfermedades infecciosas y enfermedades inflamatorias crónicas.
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Definición y características
En patología, un granuloma se define exactamente como una colección organizada de macrófagos, en concreto de histiocitos, los macrófagos característicos del tejido conjuntivo.
Además de los histiocitos, los granulomas pueden contener otras células inmunes, como linfocitos, neutrófilos, eosinófilos o células de Langhans.
Todas estas células se distribuyen en una matriz de colágeno con forma más o menos esférica intentando aislar la sustancia detectada como extraña.
No obstante, es muy habitual que se utilice la palabra granuloma para referirse prácticamente a cualquier tipo de pequeño nódulo, lo que resulta un uso del término muy vago, confuso y poco específico que puede abarcar desde un pequeño nevus hasta un cáncer o tumor maligno.
También es muy frecuente que se utilice para referirse a tejido granular, confundiéndose con tejido granulomatoso.
El tejido granular es un tipo de tejido conectivo fibroso que se forma sobre los coágulos de fibrina durante la cicatrización de heridas. Sin embargo, un tejido granulomatoso sí se trata de un tejido que presenta granulomas.
Para diagnosticar correctamente un tejido granulomatoso es necesario realizar un corte histológico y una tinción del tejido que permita su visualización.
A nivel fisiopatológico, los granulomas se forman en respuesta a antígenos que han resistido a las células que participan en la respuesta inflamatoria primaria, como los neutrófilos y los eosinófilos, y esta característica es la que hace que los granulomas sean diferentes a otros tipos de inflamación.
Enfermedades que cursan con granulomas
Los granulomas se forman en muchas enfermedades que se pueden clasificar en dos grandes grupos: infecciosas y no infecciosas. Entre las enfermedades infecciosas que pueden cursar con granulomas, están las siguientes:
- Tuberculosis: bacteria Mycobacterium tuberculosis.
- Lepra: bacterias Mycobacterium leprae y, menos común, Mycobacterium lepromatosis.
- Esquistosomiasis: nematodos parásitos del género Schistosoma.
- Histoplasmosis: hongo Histoplasma capsulatum.
- Coccidioidomicosis: hongos del género Coccidioides.
- Blastomicosis: hongo Blastomyces dermatitidis.
- Criptococosis: hongos Cryptococcus neoformans y, menos habitual, Cryptococcus gattii.
- Enfermedad del arañazo del gato: bacterias del género Bartonella, principalmente B. henselae.
La proporción de células inmunitarias presentes en el granuloma puede estar relacionada con la enfermedad subyacente. Por ejemplo, los granulomas con numerosos eosinófilos son habituales en coccidioidomicosis y en enfermedades broncopulmonares de tipo fúngico.
Los granulomas con numerosos neutrófilos sugieren blastomicosis, ciertos tipos de neumonía o la enfermedad del arañazo del gato.
En los granulomas de origen infeccioso también es habitual que aparezca necrosis tisular y que contengan una cantidad considerable de células muertas.
En la otra gran categoría, las enfermedades granulomatosas no infecciosas, podemos citar como ejemplos:
- Enfermedad de Crohn: proceso inflamatorio crónico intestinal
- Sarcoidosis: enfermedad autoinmune que puede afectar a diversos órganos.
- Fiebre reumática y artritis reumática
- Beriliosis: enfermedad producida por exposición al berilio.
- Nódulos pulmonares reumatoides
- Aspiración de comida y otras partículas hasta los pulmones
- Granulomas asociados a vasculitis: algunas enfermedades cursan típicamente con granulomas, necrosis y vasculitis (inflamación de vasos sanguíneos), por ejemplo, granulomatosis con poliangeitis.