Un vólvulo intestinal es una torsión del intestino sobre sí mismo, incluyendo el mesenterio (parte del peritoneo que une el intestino a la pared abdominal posterior), y que provoca obstrucción intestinal. También pueden afectar al estómago (vólvulo gástrico).
Los síntomas pueden aparecer rápido o de forma progresiva, pero casi siempre incluyen dolor e hinchazón abdominal, vómitos, estreñimiento y heces sanguinolientas. El riego sanguíneo del intestino llega a través del mesenterio, y su torsión puede llegar a cortar el riesgo sanguíneo a la zona del intestino afectada (isquemia intestinal), situación que se suele acompañar de fiebre y fuerte dolor al palpar el abdomen.
La progresión del vólvulo y la falta de flujo sanguíneo pueden generar complicaciones importantes, entre ellas peritonitis fecal, perforación, gangrena por necrosis, acidosis y finalmente la muerte en casos extremos. Los vólvulos agudos suelen requerir la intervención quirúrgica urgente para deshacer la torsión intestinal y, si es necesario, extirpar la porción del intestino que haya necrosado.
Índice de contenido
Causas y tipos
Los vólvulos se pueden clasificar en varios tipos según la parte del aparato digestivo donde se produzcan:
- vólvulo gástrico: el estómago sufre torsión sobre sí mismo y su mesenterio. Existen casos de rotación gástrica que no provoca obstrucción intestinal, en cuyo caso no se considera un vólvulo.
- vólvulo medio: afecta al intestino delgado.
- vólvulo cecal: afecta al ciego intestinal.
- vólvulo sigmoide: afecta al colon sigmoide.
- otros: vólvulo del colon transverso, vólvulo de la flexura esplénica, vólvulo del íleo sigmoide, etc.
La mayoría de casos de vólvulos intestinales afectan a hombres de mediana edad. Por tipos, los vólvulos sigmoides son los más habituales y son responsables del 8% de todos los casos de obstrucción intestinal. Los vólvulos sigmoides son especialmente comunes en pacientes ancianos con estreñimiento.
Los vólvulos medios afectan sobre todo a neonatos que presentan rotación congénita del intestino. Aunque pueden ocurrir a cualquier edad, alrededor del 80% de los casos se dan en bebés.
El embarazo aumenta el riesgo de vólvulos en las mujeres, debido al desplazamiento y presión que el feto ejerce sobre el tracto el digestivo.
Algunas enfermedades aumentan el riesgo de que se desarrollen vólvulos de forma secundaria. Por ejemplo, colon redundante y distrofia muscular de Duchenne.
En cualquiera de los tipos, el diagnóstico diferencial se realiza frecuentemente con radiografías de rayos X y otras técnicas de diagnóstico por imagen como la tomografía computarizada. El diagnóstico diferencial se debe realizar siempre ante casos de obstrucción intestinal para descartar otras enfermedades como colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn u otras más graves, por ejemplo carcinomas obstructivos.
Tratamiento
El tratamiento de los vólvulos depende de su localización exacta y de su estado, pero la intervención quirúrgica para deshacer la torsión suele ser el tratamiento más habitual.
En el tratamiento de los vólvulos sigmoides es habitual que se realice una sigmoidoscopia (un tipo de endoscopia intestinal) para visualizar las condiciones del vólvulo. Si la mucosa aparece normal, sin signos de necrosis, se coloca un tubo que corrige la obstrucción de forma temporal hasta que se realice la intervencion quirúrgica. Si no se realiza la intervención, las posibilidades de recurrencia son altas.
La intervención quirúrgica puede incluir resección de la parte del intestino que esté necresada. Si hay signos de infección, perforación u otras complicaciones graves, la intervención quirúrgica puede tener carácter de urgencia.
Algunos tipos de vólvulos pueden ser colocados en la posición correcta a través de laparatomía, sobre todo vólvulos cecales y rectales sin necrosis.