La sarna en humanos es la enfermedad producida por el ácaro parásito Sarcoptes scabiei, en animales se denomina sarna a una enfermedad de la piel producida por un grupo de ácaros parásitos, incluido S. scabiei. Puede afectar a todo tipo de animales aunque es más común en perros. El mejor tratamiento depende del tipo de ácaro, del animal y de la localización de la enfermedad en el cuerpo.
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Caspa Andante
Las caspa andante es el nombre común con el que se conoce a la sarna producida por el género de ácaros Cheyletiella. Es la forma de sarna menos grave pero más contagiosa. Se suele manifestar por la formación abundante de escamas de piel y picazón sobre la cabeza y hombros del animal.
Los ácaros del género Cheyletiella mueren en poco tiempo cuándo abandonan el huésped. Un baño con champús medicinales suele ser el tratamiento idóneo y suficiente para acabar con este tipo de sarna. En ocasiones se utilizan también insecticidas de los utilizados en el control de pulgas y garrapatas.
Este tipo de sarna es muy difícil que se contagie a humanos.
Sarna notoédrica o felina
La sarna notoédrica se conoce también como sarna felina por ser más común en gatos aunque puede afectar a otros animales salvajes y rara vez a otros animales domésticos. Es producida por ácaros del género Notoedres, en gatos normalmente es producida por la especie Notoedres cati.
La infección comienza en la zona alta de la cabeza y desde ahí se extiende a las orejas, zona periocular, nariz y puede alcanzar el cuello. Provoca la caída del pelo y un fuerte picor. La mayoría de gatos responden bien al tratamiento con inyecciones subcutáneas de ivermectina. Las inyecciones se repiten semanalmente, por lo general 3 veces es suficiente. En gatos menores de tres meses se utilizan cremas con tiabendazol.
Los ácaros del género Notoedres pasan rápidamente a otros animales domésticos y a los humanos; en ambos casos el ácaro no se puede reproducir y por ello no sobrevive largo tiempo y termina muriendo sin producir enfermedad o síntomas graves y, por no poder reproducirse, es en todo caso una enfermedad autolimitada en humanos. No obstante, se aconseja desinfectar ropa y utensilios de la casa; para ello se pueden utilizar insecticidas del grupo de organofosfatos.
Sarna sarcóptica
La sarna sarcóptica, o simplemente sarna, es producida por Sarcoptes scabiei; el mismo ácaro que produce la enfermedad en el ser humano. Aunque se considera de cierta gravedad, cuenta con tratamiento fácil y eficaz.
Entre los animales domésticos la sarna sarcóptica es más común en perros y también puede aparecer con facilidad en gatos y cerdos. Es transmisible al humano en contacto con estos animales, quienes pueden contraer sarna desde otras fuentes diversas.
En animales comienza con un picor intenso y algo de pérdida de pelo. El picor es tan intenso que el animal puede hacerse heridas a él mismo al rascarse con intensidad. La propia enfermedad provoca heridas y costras, costras que suelen aparecer primero en orejas y luego le sigue pérdida de pelo en otras zonas del cuerpo del animal como patas y cara.
La sarna sarcóptica en mascotas suele necesitar de un diagnóstico específico realizado por el veterinario. En ocasiones este diagnóstico es complicado, es especial si las heridas, propias de la sarna o autoinfringidas por el animal, se han infectado. Para facilitar el diagnóstico suele ser necesario afeitar el pelo en la zona afectada.
El tratamiento de elección tradicionalmente ha sido la inyección subcutánea de ivermectina pero hoy en día se cuentan con alternativas mucho más seguras como la selamectina y la moxidectina siendo desaconsejable el uso de ivermectina en animales de compañía (excepto en gatos dónde las demás opciones presenten mayor toxicidad para el animal y otras formas de sarna severas que no respondan a otros tratamientos).
Hay que tener en cuenta además que algunas razas de perros son muy sensibles a estos medicamentos, como el Collie, Pastor Inglés o sus cruces. La selamectina y la moxidectina son muy bien toleradas por estas razas y puede ser administrados incluso a cachorros. Algunos perros pueden requerir tratamientos adicionales como el tratamiento antibiótico si las heridas se han infectado.
Existen otros tratamientos que pueden ser eficaces, como insecticidas, pero debes tener en cuenta que no todos estos insecticidas son seguros para todos los animales, por ello siempre debes consultar al veterinario.
Los dueños y familiares que conviven con el animal deben tener mucho cuidado en el contacto con su mascota puede la sarna sarcóptica puede transmitirse al humano.
Sarna demodécica
La sarna demodécica es de los tipos de sarna más severos y es producida por el ácaro Demodex. La mayoría de perros tienen este ácaro viviendo en su piel sin que cause ningún problema pero con sistemas inmunitarios debilitados puede reproducirse rápidamente y producir una sarna grave. Los cachorros más jóvenes son los más susceptibles de padecerla.
Puede darse de varias formas, una de ellas localizada, la cuál puede cursar con pérdida de pelo en zonas de la cara y puede remitir sin tratamiento. En la forma de sarna demodécica generalizada el ácaro Demodex infecta amplias zonas y llega a capas profundas de la piel produciendo quemazón y picor intenso. Son frecuentes escaras, llagas e infecciones cutáneas secundarias. En algunos casos Demodex puede infectar las patas del animal profundamente, lo que se conoce como pododemodicosis o pododermatitis demodécia.
La mayoría de los casos pasan por un diagnóstico específico para el cuál suele ser necesario varias tomas de muestras de la piel del animal. Toma de muestras que puede continuar para monitorear el desarrollo de la enfermedad una vez comenzado el tratamiento. En algunos casos, como en la pododemodicosis, puede ser necesario realizar biopsias de tejido para hacer pruebas de laboratorio dirigidas a la identificación del parásito.
No existe una opinión unánime sobre cuál es el mejor tratamiento para la sarna demodécia. En la forma localizada se suelen hacer baños con champú con peróxido de benzoilo (POB) que abre el folículo piloso y facilita la acción del antiparasitario. Como antiparasitario suele emplearse baños de amitraz. Los baños se realizan cada semana durante un mes.
En la forma generalizada se suele hacer el mismo tratamiento anterior pero se prolonga hasta que dos raspados cutáneos, separados entre sí 15 días, den negativo. Si la enfermedad no remite se pasa a emplear ivermectina en inyecciones subcutáneas y otras alternativas. El animal se considera curado cuándo transcurre un año sin lesiones cutáneas.