
Los corpúsculos lamelares son uno de los cuatros tipos principales de mecanorreceptores que se pueden encontrar en la piel humana. Son células nerviosas altamente especializadas en detectar presión y vibración. Fueron descubiertos por el anatomista italiano Filippo Pacini, de ahí que también se conozcan como corpúsculos de Pacini.
Son especialmente numerosos en la piel glabra, la piel sin vello ni pelo, como la piel de los dedos, palmas de las manos y plantas de los pies. Responden ante estímulos de vibración rápida y presión profunda y tienen una capacidad muy rápida de adaptación. Su función está relacionada con la detección de la textura superficial de los objetos, por ejemplo, liso y rugoso, y la detección de agarrar y soltar.
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Estructura
Los corpúsculos de Pacini tienen una forma aproximadamente oval, a veces casi cilíndrica, y miden alrededor de 1 mm de longitud o más. Están formados por 20 – 60 capas de láminas concéntricas de fibroblastos y tejido conectivo fibroso (lamelas).
Entre cada lamela hay una capa de colágeno, principalmente colágeno tipo IV y tipo II, de consistencia gelatinosa y más de un 90% de agua.
Por la parte inferior del corpúsculo penetra una fibra nerviosa mielinizada que llega hasta la zona central donde se hace más gruesa y pierde la mielina. Por la parte inferior también penetran vasos sanguíneos que se ramifican hacia varias capas y lamelas del corpúsculo.
Se sitúan en la hipodermis de todo el cuerpo, la capa más profunda de la piel, pero son notablemente más numerosos en manos y pies, aunque siempre en menor número que otros receptores sensoriales relacionados con el tacto, como los corpúsculos de Meissner, las células de Merkel o los corpúsculos de Ruffini, todos ellos generalmente más pequeños que los corpúsculos de Pacini.
Curiosamente, los corpúsculos lamelares también aparecen en el periostio, el mesenterio, órganos sexuales, en el páncreas y otros órganos internos, donde se cree que detectan vibraciones mecánicas por movimiento pero también, probablemente, por sonidos de baja frecuencia.
Galería
Función
Los corpúsculos lamelares son receptores sensoriales de tipo fásico, es decir, de adaptación rápida a los cambios del estímulo. Detectan vibraciones rápidas y cambios de presión profunda en la piel. Una deformación del corpúsculo provoca un potencial de acción en el terminal nervioso.
Los corpúsculos de Pacini son especialmente sensibles a la vibración, pudiendo detectar vibraciones incluso varios centímetros separadas de la superficie cutánea. La sensibilidad óptima son vibraciones con una frecuencia aproximada de 250 Hz, una frecuencia que se puede generar en las yemas de los dedos por cambios en la textura superficial de objetos menores de una micra (1 μm).
Debido a la gruesa capa de tejido conjuntivo que rodea a los corpúsculos de Pacini, no responden cuando se someten a una presión sostenida.
Mecanismo
Los corpúsculos lamelares responden a los estímulos provocados por la deformación de sus lamelas. Esta deformación provoca a su vez presión y deformación sobre la membrana celular del terminal sensorial curvándola o estirándola.
La deformación física de la membrana citoplasmática de la neurona provoca la apertura de canales de sodio sensibles a la presión. Así se van liberando iones sodio (Na+) y la membrana se despolariza hasta que se genera un potencial de acción, y con él un impulso nervioso.
La respuesta de los corpúsculos de Pacini es una respuesta gradual, a mayor presión, mayor es el potencial de acción generado.
A mayor presión también se produce una mayor frecuencia de impulsos, pero al ser un receptor de adaptación rápida, la frecuencia de estos impulsos decae rápidamente, por eso los corpúsculos de Pacini no responden ante una presión sostenida.
Comparación con otros receptores del tacto
Otros receptores sensoriales del tacto tienen un comportamiento diferente que se complementa con los corpúsculos de Pacini para lograr todo el rango del sentido del tacto:
- Corpúsculos lamelares o de Pacini: adaptación rápida. Sensibles a vibraciones rápidas de 250 Hz. Responden a presión profunda, pero no a presión mantenida.
- Células de Merkel o células táctiles epiteliales: adaptación lenta. Sensibles al tacto suave y a vibraciones lentas entre 5 y 15 Hz. Responden a presión mantenida.
- Corpúsculos de Meissner o táctiles: adaptación rápida. Sensibles a vibraciones entre 10 y 50 Hz.
- Corpúsculos bulbosos o de Ruffini: adaptación lenta. Responden a presión sostenida y deformación elástica de la piel.