¿Qué son los carotenoides?

Zanahorias, fuente de beta-caroteno
Zanahorias, fuente de beta-caroteno
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Los caratonoides son un grupo de pigmentos orgánicos con propiedades nutricionales que se encuentran en los organismos fotosintéticos, principalmente plantas pero también en algunas algas, hongos y bacterias fotosintéticas. Los carotenoides tienen un importante efecto antioxidante y son precursores de la vitamina A (retinol).

El grupo de los caroteinodes contiene más de 700 sustancias conocidas y son los responsables del color de muchas frutas y verduras. Se suelen dividir en dos grandes grupos:

  • Xantofilas: carotenoides que contienen oxígeno en su molécula. La luteína es una de las xantofilas más destacadas.
  • Carotenos: todos los demás carotenoides. El β-caroteno (beta caroteno) es el carotenoide más abundante en la naturaleza y el más importante en la dieta humana.

Fuentes alimentarias

La fuente más abundante de carotenoides son los vegetales. También se puede encontrar en algunas fuentes animales, como el huevo. Los carotenoides tienen un color que puede variar desde amarillo claro hasta rojo oscuro pasando por naranja. Algunas xantofilas dan color verde. Por ejemplo, el β-caroteno (naraja) se puede encontrar en la zanahoria, el boniato (patata dulce o camota) o la calabaza. La luteína (amarillo) la encontramos en la col rizada, el brócoli, el pimiento o en la yema de huevo. El licopeno (rojo) podemos encontrarlo en el tomate, el albaricoque, el pomelo o la papaya.

Beneficios para la salud

Una de las características más destacadas y que tienen en común todos los carotenoides es su potente acción antioxidante. Gracias a esta característica, los carotenoides protegen a las células y tejidos del organismo frente al efecto perjudicial de los radicales libres, fortalecen el sistema inmune, especialmente frente a infecciones, y reducen el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

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Se ha observado que los carotenoides aumentan el recuento de linfocitos, lo que puede ayudar a combatir procesos infrecciosos. Algunos carotenoides se han asociado con un menor riesgo de desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Concretamente, el licopeno se ha asociado con un menor riesgo de cáncer de próstata, colon, vejiga y pulmón. En personas fumadoras, sin embargo, un consumo excesivo de β-caroteno se ha relacionado con un aumento del riesgo de padecer cáncer de pulmón y de próstata y también con un aumento de su mortalidad.

La zeaxantina y la luteína se utilizan en complementos alimenticios para mejorar la visión y proteger frente a la formación de cataratas y degeneración macular del ojo.

El β-caroteno

El β-caroteno es el carotenoide más abundante en la naturaleza y el más importante en nuestra dieta. Se transforma en vitamina A en la mucosa del intestino delgado, se absorbe y se almacena en el hígado en forma de ésteres de retinol. El β-caroteno también se puede absorber sin transformar y se acumula en el tejido adiposo dando coloración amarillenta. Consumido en exceso produce pseudoicteria, caracterizada por coloración amarillenta en la palma de las manos que se puede confundir con ictericia. La mayoría de carotenoides también son precursores de vitamina A aunque no todos dan la misma cantidad. 6 μg de β-caroteno dan lugar a 1 μg de vitamina A (1 μg de vitamina A es equivalente a 1 UI de esta vitamina).

Los beneficios potenciales del β-caroteno han sido muy estudiados desde que en 1919 Harry Steenbock, de la Universidad de Wisconsin-Madison, propusiera la relación entre esta sustancia y la vitamina A. Además de las funciones esenciales de la vitamina A en el organismo, el β-caroteno por sí solo ha demostrado ser un excelente antioxidante liposoluble, prevenir ataques cardíacos y aumentar la efectividad del sistema inmune.

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El β-caroteno se utiliza como factor protector frente a la radiación ultravioleta cuándo se toma por via oral (código ATC número D02BB01) y se puede encontrar en numerosos preparados destinados a aumentar la protección frente a la exposición solar. También se puede encontrar en lociones y cremas protectoras solares. En relación con esta actividad, el β-caroteno es prescrito a personas con protoporfiria eritropoyética y otras alteraciones fotosensibles.

En un estudio del 2007 se encontró que un consumo de 50 mg de β-caroteno diarios a largo plazo previene la degeneración cognitiva asociada con la edad.

En relación al cáncer, hay evidencias de que un consumo excesivo de β-caroteno puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón y próstata en personas fumadoras. A este respecto, muchos organismos internacionales han llamado la atención sobre la población fumadora y el consumo de suplementos vitamínicos que puedan contener altas cantidades de β-caroteno, entre ellos la British Cancer Organization o el American Cancer Institute. En una revisión del 2007 de los estudios existentes sobre este tema se encontró además un aumento en la mortalidad del cáncer de pulmón en fumadores y personas expuestas a asbestos que consumían altas cantidades de β-caroteno. No obstante, los estudios revisados incluían carotenoides sintéticos y los resultados no pueden trasladarse al consumo de β-caroteno a través de frutas y verduras.

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Referencias
  1. International Carotenoid Society
  2. Paiva SA1, Russell RM.. Beta-carotene and other carotenoids as antioxidants.
  3. Beta Carotene's Fall From Grace Draws Mixed Reaction. Journal of the National Cancer Institue.
  4. Bjelakovic G, Nikolova D, Gluud LL, Simonetti RG, Gluud C (2007). Mortality in randomized trials of antioxidant supplements for primary and secondary prevention: systematic review and meta-analysis. JAMA 297 (8): 842–57. doi:10.1001/jama.297.8.842.
  5. Grodstein F, Kang JH, Glynn RJ, Cook NR, Gaziano JM (Nov 2007). A randomized trial of beta carotene supplementation and cognitive function in men: the Physicians' Health Study II. Arch Intern Med. 167 (20): 2184–90. doi:10.1001/archinte.167.20.2184