
Los acúfenos, también llamados tinnitus, se producen cuándo se oyen sonidos, generalmente en forma de zumbidos, golpes, clics, silbidos, rugidos y otros similares, sin que haya una fuente externa que los produzca. Pueden ser en tono alto o bajo, así como provenir de uno o de los dos oídos. El sonido suele aparecer de forma gradual y rara vez el sonido percibido tiene forma de voces, música u otros sonidos reconocibles.
Las causas pueden ser muy diversas pero hay que tener claro que los acúfenos no son una enfermedad en sí mismos, sino un síntoma de otro problema o enfermedad subyacente. En muchas personas los acúfenos causan depresión, ansiedad e interfieren en la capacidad de concentración, aunque la mayoría terminan acostumbrándose al sonido y no les supone un gran problema para desarrollar su vida de forma normal.
Índice de contenido
Los síntomas más comunes
El síntoma principal que define los acúfenos es la percepción de sonidos en uno o en los dos oídos sin estimulación auditiva externa. La persona puede describir el sonido de muchas formas, aunque lo más frecuente es que se describan como zumbidos.
El tinnitus puede ser intermitente o constante, y puede parecerse al pitido que se oye de forma normal cuando el oído está en reposo. En algunas personas el ruido puede cambiar con el movimiento del cuello y cabeza. La prevalencia suele aumentar con la edad.
Un aspecto importante de los acúfenos es su efecto psicológico, especialmente de los acúfenos persistentes, que pueden llegar a producir cuadros de estrés y depresión severa, así como alteraciones del sueño y alta dificultad de concentración.
Principales causas
Algunas causas pueden tener una explicación muy evidente, como un traumatismo directo en el oído medio o una disfunción de la articulación mandibular. Otras causas, sin embargo, no tienen un mecanismo tan evidente y a veces es difícil de explicar o conocer el mecanismo exacto por el que aparecen lo acúfenos.
Una teoría bastante extendida, aunque no comprobada al 100%, sostiene que los acúfenos aparecen por actividad neural aumentada en el tronco cerebral donde se procesan los sonidos. Las células auditivas se verían sobreexcitadas. Esta teoría explicaría por qué la mayoría de pacientes con tinnitus tienen a la vez pérdida de capacidad auditiva; para compensar esta pérdida se sobreescitarían las células auditivas.
No obstante, la realidad es que los acúfenos aparecen asociados a una larga lista de patologías, muchas veces combinadas, lo que demanda un tratamiento específico para cada situación y paciente.
Los casos de acúfenos se pueden dividir en dos grandes grupos:
- Tinnitus subjetivo: es el más típico. En este tipo de acúfenos, el sonido es percibido por la persona afectada pero no puede ser medido de ninguna otra forma. También se conoce como tinnitus no-vibratorio.
- Tinnitus objetivo: este tipo es muy raro. Además de la persona afectada, el sonido puede ser medido o percibido externamente. Por ejemplo, mediante un estetoscopio o mediante una emisión otoacústica espontánea. También se conoce como tinnitus vibratorio.
Tinnitus subjetivo
El tinnitus subjetivo es el más frecuente con mucha diferencia sobre el tipo objetivo, y la causa más frecuente es la pérdida auditiva que produciría la sobreexcitación de células auditivas como compensación.
El tinnitus subjetivo puede ser a su vez otológico o neurológico, según se vea afectado el oído medio o el nervio auditivo. Entre los muchos factores asociados a los acúfenos subjetivos, destacan:
- Pérdida auditiva otológica: shock acústico, otitis, otosclerosis, disfunción de las trompas faringotimpánicas.
- Pérdida auditiva sensorial: exceso de ruido, presbiacusia (pérdida auditiva asociada a la edad), neurinoma acústico, enfermedad de Ménière, síndrome de dehiscencia del canal semicircular superior, intoxicación por mercurio o plomo, fármacos ototóxicos, etc.
- Enfermedades neurológicas: malformación de Arnold-Chiari, esclerosis múltiple, disfunción de la articulación temporomandibular, arteritis de células gigantes, etc.
- Desórdenes metabólicos: deficiencia vitamina B12, anemia por deficiencia de hierro.
- Enfermedades psiquiátricas: depresión, ansiedad, otros.
- Otros: vasculitis, drogas y fármacos psicoactivos, hiper e hipotensión intracraneal, etc.
Tinnitus objetivo
El tinnitus objetivo es objetivo porque el sonido existe de forma real y puede ser percibido por otra persona utilizando diferentes técnicas. Este tipo de acúfenos se producen frecuentemente por espasmos o contracciones involuntarias de un músculo o grupo de músculos alrededor del oído medio. También es frecuente que se asocien con alguna condición vascular que provoque sonidos.
Un tipo específico de acúfenos objetivos es el tinnitus pulsátil, que puede ser síntoma de problemas vasculares en el interior del cráneo que produce un flujo sanguíneo anormal origen de los sonidos, a veces al mismo ritmo que los latidos del corazón, de ahí el nombre de tinnitus pulsátil. El tinnitus pulsátil puede estar asociado a algún tipo de vasculitis y a veces se produce en alteraciones vasculares serias, por ejemplo aneurisma de la arteria carótida.
Diagnóstico y tratamiento
Como se ha visto, los acúfenos suelen ser síntoma de otros problemas de salud, de ahí que sea necesario un diagnóstico diferencial para saber por qué se producen. Casi siempre se realizan pruebas audiométricas o audiogramas y un examen del canal auditivo en busca de trastornos tratables como infección del oído medio, neuroma acústico, otosclerosis o contusiones y traumatismos.
En algunos casos es necesario buscar fuentes potenciales del sonido que muchas veces se confunden con tinnitus, especialmente los sonidos debidos a radiofrecuencias del entorno, muy habituales en sistemas modernos de cableado y transmisión de señales. No todas las personas son igual de sensibles a las radiofrecuencias de alto tono y a veces producen síntomas parecidos a los acúfenos.
No existe terapia farmacológica para tratar los acúfenos de forma específica y efectiva. El tratamiento suele incluir apoyo psicológico, adaptaciones auditivas si los acúfenos están acompañados de pérdida de capacidad auditiva y el tratamiento del problema subyacente en caso de que se haya conseguido diagnosticar.
En algunos casos se utilizan dispositivos que producen sonidos que tapan las frecuencias de los acúfenos, lo que requiere una programación individualizada del dispositivo para cada paciente.