La tuba o trompa faringotimpánica, tubo faringotimpático, tuba faríngea o tuba auditiva, es un tubo que conecta la nasofaringe con el oído medio. Existen dos, una en cada oído, y durante mucho tiempo se utilizó el nombre de trompa de Eustaquio, nombre que todavía es muy utilizado, sobre todo de forma coloquial.
En los humanos y otros muchos animales terrestres, el oído medio está formado por una cámara llena de aire, pero esta cámara no está en contacto directo con la atmósfera a través de los canales auditivos; en el caso humano, el oído externo y el oído medio están separados por una membrana, el tímpano, y la tuba faringotimpánica es la que controla el flujo de aire conectando el oído medio con la parte trasera de la nasofaringe.
Normalmente, la tuba faringotimpánica se encuentra colapsada e impide el paso de aire pero se abre en algunas circunstancias, por ejemplo con la deglución o cuándo se somete a una diferencia de presión entre el interior de la cámara del oído medio y la presión atmosférica. El objetivo es igualar la presión entre el interior y el exterior para evitar daños en las estructuras del oído. Además, igualar la presión permite la transmisión correcta de las ondas de sonido hacia la cadena de huesecillos.
Por ejemplo, al aumentar la altitud (avión, carretera, etc), la presión atmosférica disminuye y el aire del oído medio se expande, lo que provoca la apertura de los tubos faringotimpánicos para dejar salir aire hacia la faringe y liberar presión. Al disminuir la presión ocurre al revés, el aire del oído medio se contrae y la presión abre los tubos faringotimpánicos para que llegue más aire.
Índice de contenido
Anatomía y estructura
Las tubas faringotimpánicas se desarrollan a partir de la primera bolsa faríngea embrionaria. Durante la embriogénesis, la primera bolsa faríngea forma el receso tubotimpánico que en su extremo distal formará la cavidad timpánica y en la parte proximal dará lugar a las trompas de Eustaquio.
La tuba faringotimpánica tiene forma tubular con un longitud media en adultos de 3.5 a 4 cm. Parte de la pared anterior del oído medio y finaliza en la pared lateral de la nasofaringe, aproximadamente a la altura del cornete nasal inferior, con una inclinación descendente. El interior del tubo se encuentra tapizado de mucosa formada por epitelio columnar pseudoestratificado ciliado.
Galería
Su estructura consta de hueso, cartílago y músculos asociados. La parte ósea es la más próxima al oído medio; va desde la pared anterior de la cavidad timpánica hasta el peñasco del hueso temporal dónde se ancla la parte cartilaginosa. La parte cartilaginosa es la más larga, aproximadamente 2/3, y está formada por fibrocartílago que se une por un lado a la parte ósea y por el otro a la mucosa de la parte nasal de la faringe.
Hay cuatro músculos que intervienen en la función de la tuba faríngea, principalmente el elevador del velo del paladar y el tensor del velo del paladar. La contracción de estos músculos abren las tubas faringotimpánicas automáticamente al tragar. También pueden intervenir el músculo salpingofaríngeo y el tensor del tímpano.
Función
Las tubas faringotimpánicas tienen dos funciones principales: equilibrar la presión en el interior de la cavidad timpánica y drenar el moco del oído medio.
En condiciones normales, las tubas faringotimpánicas están cerradas pero se pueden abrir para permitir el paso de pequeñas cantidades de aire y que la presión atmosférica y la presión en el interior de la cavidad timpánica se equilibren.
Cuando las presiones no están compensadas, la membrana timpánica pierde movilidad, lo que provoca que las ondas sonoras no se trasmitan con normalidad a la cadena de huesecillos y se pierda capacidad auditiva. Es una sensación frecuentemente descrita como «oídos taponados».
El desequilibrio de presión en el oído medio ocurre típicamente con cambios de altitud, como al viajar en avión, en carreteras de áreas montañosas o al bucear. Bostezar, tragar, masticar o intentar soplar con la nariz y boca cerradas puede ayudar a que las tubas faringotimpánicas se abran y que las presiones se equilibren. Si el desequilibrio es muy pronunciado, como puede ocurrir al bucear, la membrana timpánica puede llegar a dañarse.
El drenaje de la mucosidad del oído medio es muy importante para controlar la posibilidad de infecciones; si el moco queda retenido, los microorganismos pueden establecerse y desarrollarse.
Implicaciones médicas
Las tubas faringotimpánicas están implicadas en diversos problemas de salud y condiciones médicas. La más común es la otitis media (inflamación del oído medio) que se debe en la mayoría de casos a infecciones provocadas por un drenaje y ventilación ineficientes, papel clave de las trompas de Eustaquio.
En los niños, las tubas faringotimpánicas son más cortas y con menos inclinación y el drenaje suele ser menor que en adultos, motivo por el que la otitis media es más común en niños. También se asocia frecuentemente con enfermedades de las vías respiratorias altas que pueden hacer que se inflame la mucosa alrededor de la apertura de las trompas de Eustaquio en la nasofaringe e impedir su apertura correcta.
Algunas condiciones, como tabaquismo y sinusitus crónica, aumentan la posibilidad de otitis al afectar a la función de las trompas de Eustaquio. También la disfunción congénita de las tubas faringotimpánicas, tanto por motivos genéticos como por presión durante el parto u otros motivos no genéticos, pueden favorecer la otitis media, generalmente otitis media exudativa o efusiva.
Otra lesión que ocurre con relativa frecuencia en el oído medio y que se relaciona con la función de las tubas faringotimpánicas es la barotitis, un tipo de barotrauma. Un barotrauma es una lesión tisular causada por una diferencia de presión alta entre un espacio interno que contenga gas y el gas o fluido circundante. En el oído medio es común sobre todo en buceadores que realicen un ascenso demasiado rápido o en descompresión rápida en vuelos.
La trompa patulosa es una condición rara en la cual la tuba faringotimpánica queda abierta de forma intermitente y crea ecos de sonidos internos molestos para la audición y habla de la persona.
Para corregir algunos de estos problemas se pueden realizar varias intervenciones. En casos severos que la infección alcance el oído interno y haya bloqueo permanente de las tubas faringotimpánicas, se puede proveer una vía de ventilación y drenaje mediante punción quirúrgica en la membrana timpánica; esta operación se conoce como miringotomía y se suele realizar principalmente en niños. El orificio en el tímpano tiende a curar por sí solo, por lo que en ocasiones se introduce un pequeño tubo para mantenerlo abierto (tubo de timpanostomía).
Como alternativa a la miringotomía y según el caso, se pueden implantar prótesis en el interior de las tubas faringotimpánicas que permitan que se abran de forma adecuada. Suelen ser implantes que facilitan la ventilación pero que no necesariamente mantienen el tubo abierto de forma permanente. No obstante, estas prótesis pueden favorecer la producción y acumulación de moco y requerir limpiezas frecuentes.
En caso de hipertrofia de las trompas de Eustaquio, el problema de ventilación viene de un exceso de tejido. En estos casos se puede realizar una intervención conocida como microdebridamiento o tuboplastia para retirar tejido y facilitar la ventilación.