Una especie nativa, también llamada autóctona o indígena, se define como una especie que vive en una determinada zona de forma natural, es decir, que su presencia en esa zona no se debe a la intervención humana, ya sea directa o indirecta. Esta definición no excluye especies que se encuentren en diferentes regiones, incluso separadas entre sí, siempre que se hayan establecido en esa región de forma natural, lo que la diferencia de una especie endémica.
Con el paso del tiempo, las especies nativas que comparten un ecosistema evolucionan hasta estar perfectamente adaptadas entre sí y con el medio. Incluso se desarrollan subespecies adaptadas a pequeñas variaciones en hábitats similares que, en ocasiones, siguen evolucionando hasta originar nuevas especies.
Los hábitats y ecosistemas con poca interacción con otras zonas tienden a tener un gran número de especies nativas y un gran número de especies endémicas. Por ejemplo, es común que en las islas se encuentren numerosas especies vegetales y animales nativas que han evolucionado durante muchísimo tiempo en un ambiente aislado, mucho más cuánto más alejada se encuentra la isla del continente o de otras islas. Las especies nativas de estos hábitats aislados suelen ser más vulnerables a pequeños cambios en el medio así como a la introducción de especies foráneas.
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La expansión de las especies nativas
Las especies nativas pueden haber evolucionado en un hábitat determinado o pueden haber llegado allí mediante procesos y eventos naturales. Esto quiere decir que si la expansión de una especie para colonizar otras áreas ocurre mediante fenómenos naturales se sigue considerando especie nativa de la nueva zona colonizada. Por ejemplo, el viento y los animales transportan semillas de plantas, lo que origina que algunas especies vegetales sean nativas de un territorio muy extenso o que se puedan encontrar en regiones distantes entre sí.
Otro ejemplo son los animales que naturalmente expanden su hábitat a medida que la población crece y necesitan buscar nuevos territorios dónde encontrar suficiente alimento. Muchas especies animales nativas realizan migraciones estacionales y algunos de ellos recorren grandes distancias, especialmente aves y algunos insectos.
Por tanto, el ecosistema y zona geográfica de distribución de una especie nativa no es algo estático sino que cambia a lo largo del tiempo. Los cambios evolutivos y los cambios ambientales son los factores más influyentes que van modelando la región dónde vive una determinada especie. Según la capacidad adaptativa y de movilidad, cada especie coloniza diferentes hábitats y se distribuye de forma más o menos amplia.
La protección de las especies nativas
Las especies nativas son objeto de numerosos ataques contra su supervivencia, la mayoría como resultado de la actividad humana. Muchos biólogos aseguran que estamos en las puertas de una extinción masiva de especies provocada por el ser humano, la llamada extinción masiva del Holoceno. La tasa de extinción comenzó a acentuarse desde principios del siglo XIX y se aceleró considerablemente a partir de la década de 1950. Se estima que la actual tasa de extinción es de 100 a 1000 veces superior que la tasa media natural.
En la actualidad la destrucción de hábitats naturales sigue siendo uno de los principales motivos de extinción de especies y una de las principales causas es la deforestación, sobre todo por el continuo incremento de suelo dedicado a la agricultura extensiva. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que 7 de cada 10 especies vegetales, 1 de cada 4 mamíferos, 1 de cada 3 anfibios y 1 de cada 8 aves están en peligro.
El reconocimiento de la importancia de las especies nativas y sus ecosistemas han conducido a la creación de organizaciones que promocionan la protección de las especies nativas. A nivel internacional destacan la citada UICN, la World Wide Fund for Nature (WWF) y organizaciones no gubernamentales como Green Peace.
Nativa vs endémica
Por definición, una especie endémica habita una región geográfica limitada y generalmente reducida y no se encuentra de forma natural en ninguna otra región del planeta. Por tanto, una especie endémica es un especie nativa pero una especie nativa no tiene por qué ser una especie endémica ya que una especie nativa puede encontrarse de forma natural en diferentes regiones y colonizar áreas geográficas extensas.
Ejemplo: Iguana marina (Amblyrhynchus cristatus) es una especie endémica de las Islas Galápagos.
Nativa vs introducida
Al contrario que las especies nativas, las especies introducidas, también llamadas especies exóticas, son aquellas que viven en un hábitat determinado debido a la intervención humana, ya sea de forma intencionada o de forma accidental. Las especies introducidas suelen tener un efecto negativo para las especies nativas al actuar de elemento desequilibrador del ecosistema natural compitiendo por espacio y recursos. Cuándo una especie introducida supone una amenaza para la biodiversidad se habla de especie invasora.
Ejemplo: Gambusia affinis es un pez de agua dulce nativo del este y sur de Estados Unidos. Ha sido introducido de forma intencionada en cauces de agua dulce de todo el mundo como método de control de mosquitos pero es un voraz depredador que también se alimenta de otros insectos e invertebrados así como de huevos de otros peces y anfibios suponiendo una amenaza para muchas especies nativas.