Un ionizador de aire, también llamado purificador u ozonizador, es un dispositivo doméstico destinado a la limpieza y purificación del aire. Los purificadores convencionales utilizan filtros físicos, los ionizadores, en su lugar, utilizan iones (partículas cargadas eléctricamente) para eliminar partículas microscópicas del aire y hacer que sea más saludable.
Los ionizadores, y purificadores de aire en general, se suelen recomendar para personas con asma, alergias y otras enfermedades respiratorias, aunque en muchos casos hay dudas sobre su efectividad.
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¿Cómo funcionan los ionizadores?
El funcionamiento de los ionizadores de aire se basa en la atracción electrostática entre partículas con carga eléctrica de diferente signo. Los ionizadores crean iones negativos (aniones) utilizando la electricidad que le suministra la red eléctrica doméstica.
Estos aniones se liberan al aire dónde atraen a las partículas con carga positiva, como son el polvo, bacterias, polen y otros muchos alérgenos y sustancias que pueden estar suspendidas en el aire.
Al unirse con los iones, las partículas se hacen demasiado pesadas para mantenerse en suspensión y van cayendo al suelo. Para limpiar el suelo se recomienda aspirar o fregar pero no barrer para evitar levantar las partículas y devolverlas al aire. Muebles y otras superficies se deben limpiar con paños húmedos.
Formación de ozono y su peligro potencial
La mayoría de partículas presentes en el aire de la atmósfera baja, donde estamos nosotros, presentan carga positiva. Algunos fenómenos naturales, como las tormentas eléctricas o el efecto de la luz solar en las cascadas de agua, generan iones negativos, principalmente ozono (O3), que purifican el aire de forma natural. El ozono es el responsable del olor a aire fresco y limpio que se da durante tormentas eléctricas o cerca de cursos rápidos de agua.
El aislamiento de edificios bloquea la libre circulación del aire atmosférico, impidiendo también el paso de estos iones negativos formados de forma natural. Los ionizadores de aire intentan revertir este desequilibrio generando iones negativos de forma artificial, entre ellos ozono. Además de ayudar a retirar partículas del aire, el ozono también dificulta el crecimiento de gérmenes y desodoriza el ambiente.
Hay que tener en cuenta que el ozono es una molécula altamente reactiva que puede ser peligrosa para la salud a concentraciones relativamente bajas.
De hecho, el NIOSH de Estados Unidos (National Institute for Occupational Safety and Health) ha establecido la concentración máxima de ozono en tan sólo 0,1 ppm en 24 horas.
Se estima que la exposición durante 1 hora a concentraciones de ozono en aire superiores a 50 ppm puede ser letal para una persona sana1.
Debido a su potencial peligrosidad, los ionizadores de aire han de estar homologados y con una producción de ozono verificada por debajo de 0,1 ppm (la mayoría producen menos de 0,05 ppm). En cualquier caso, no se recomienda utilizar los ionizadores de aire en dormitorios o estancias donde se pasan largos períodos de tiempo durmiendo.
Posibles beneficios sobre la salud
A los ionizadores de aire se les atribuyen numerosos beneficios para la salud aunque muchos de ellos no han sido probados y para otros son incluso contraproducentes.
Uno de los reclamos más habituales es que reducen y mejoran los síntomas de las alergias. Aunque es verdad que los ionizadores pueden retirar partículas pequeñas del aire, no han mostrado efectividad en la eliminación de partículas más pesadas como pueden ser los granos de polen o ácaros del polvo, los alérgenos más habituales en ambientes domésticos.
En el caso del asma y problemas respiratorios relacionados, los ionizadores de aire pueden incluso empeorar los síntomas debido al ozono que producen y partículas combinadas.
Tanto para alergias como para el asma son bastante más eficaces los purificadores con filtros HEPA (High Efficiency Particle Arrestance), los mismos que se utilizan en los aviones para reducir la propagación de enfermedades por la recirculación del aire en el interior del avión.
Los filtros HEPA son también los de elección en instalaciones médicas, aunque los ionizadores de aire también han mostrado eficacia para reducir la transmisión de infecciones bacterianas en equipos médicos.
Los ionizadores de aire también han sido asociados a la mejora del estado de ánimo. Aunque son necesarios estudios más detallados, existen evidencias de que respirar aire cargado con iones negativos puede reducir los síntomas de ansiedad y depresión, así como mejorar el sueño.
Uno de los pioneros en estudiar los efectos sobre la salud de los iones negativos del aire fue Albert Paul Krueger, quien llevó a cabo numerosos estudios en la década de 1970 y 19802.