La retroalimentación o feedback negativo en la homeostasis es un proceso clave para que los diversos sistemas corporales mantengan su estado normal. El estado normal del organismo se denomina estado basal y la homeostasis es, en resumen, el mantenimiento de este estado basal. La retroalimentación negativa no puede ayudar a mantener el organismo exactamente con los valores basales idóneos sino que funciona manteniendo al organismo dentro de un rango de valores considerados normales y en el que puede realizar sus funciones.
Por ejemplo, si la temperatura corporal sube demasiado, se ponen en marcha procesos como la sudoración para refrigerar el cuerpo. Si la temperatura corporal baja demasiado, se comienza a temblar para ayudar a aumentar la temperatura con los movimientos musculares. Se denomina retroalimentación negativa (a veces abreviado NFB, del inglés Negative Feedback) debido a que la reacción es en sentido contrario a la señal recibida: en este ejemplo, se recibe señal de aumento de temperatura y se reacciona con una acción encaminada a su disminución y viceversa.
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¿Cómo funciona?
En la retroalimentación negativa intervienen normalmente tres partes: el llamado receptor, el centro de control y el llamado efector. El receptor es el órgano o tejido que interviene en el proceso de feedback negativo registrando los valores de alguna variable del organismo; estas variables pueden ser muy distintas, por ejemplo, la temperatura, la presión sanguínea o la concentración de glucosa en sangre. La información recogida por el receptor es enviada continuamente al centro de control. Cuándo los valores recibidos salen fueran de los rangos normales, el centro de control enviará órdenes a los órganos efectores para que comiencen a funcionar de una forma determinada que ayude a devolver los valores de la variable a los valores normales en estado basal.
Veamos por ejemplo como se desarrollaría un proceso de retroalimentación negativa para mantener la presión sanguínea. Los receptores son, en este caso, terminaciones nerviosas sensibles a la presión y se encuentran principalmente en venas y arterias cercanas al corazón y la cabeza. Estos receptores envían impulsos nerviosos a la parte del cerebro que regula el latido del corazón; esta parte del cerebro sería el centro del control. Desde este centro regulador se envían señales de vuelta al órgano efector, en este caso el corazón, para que aumente o disminuya el ritmo y así regular la presión sanguínea. (Nota: en la regulación de la presión sanguínea intervienen otros muchos factores, se ha hablado sólo de uno para ilustrar el concepto de retroalimentación negativa en los homeostasis de forma sencilla).
En psicología se utiliza un concepto similar. La retroalimentación negativa en psicología es útil para entender motivaciones básicas de los individuos. Por ejemplo, cuándo a una persona se le priva de comida se vuelve cada vez más hambrienta. El sentimiento de tener hambre sería aquí un mecanismo de retroalimentación negativa para llevar a la persona a comer y llevar al organismo al estado nutricional basal. Cuándo la persona come el sentimiento de hambre desaparece a través del propio mecanismo de retroalimentación que informa al centro regulador de que ya se ha comido.
¿Qué pasaría si no existiese la retroalimentación negativa?
Cómo hemos visto, el organismo necesita mantener los parámetros biológicos entre un determinado rango, frecuentemetne un rango estrecho. Fuera de este rango pueden aparecer problemas y consecuencias más o menos graves para la salud, incluso pueden significar la muerte.
Por ejemplo, en condiciones normales la temperatura corporal se encuentra entre 37.2 y 37.6 ºC. Fuera de estos valores la temperatura corporal puede variar por varias causas que se pueden considerar normales pero si desciende por debajo de 33 ºC se entrará en hipotermia y si asciende por encima de 42 ºC se entrará en hipertermia. Tanto la hipotermia como la hipertermia son situaciones que pueden desencadenar consecuencias graves hasta llegar a producir la muerte. En otros casos los efectos pueden no ser visibles a corto plazo pero igualmente pueden producir efectos graves a largo plazo. Por ejemplo, la hipertensión puede no desarrolllar síntomas apreciables por los pacientes pero puede ser causa de infarto y otras enfermedades cardiovasculares fatales.
Por tanto, la retroalimentación negativa es el principal mecanismo de control de la homeostasis y como tal es imprescindible para mantener los distintos parámetros del organismo entre los valores en los que puede realizar sus funciones. Si la retroalimentación negativa no existiese, moririamos. De hecho, cuándo fallan los mecanismos de control por feedback negativo, hay que recurrir a la medicina para ayudar al organismo a mantener la homeostasis.
Referencia
- Saladin, Kenneth S. Anatomy and Physiology—The Unity of Form and Function, 2nd ed. Dubuque, IA: McGraw-Hill Higher Education, 2001.