La presión oncótica, o presión osmótica coloidal, es la presión osmótica debida a las grandes moléculas que se encuentran en disolución o suspensión coloidal. En el plasma sanguíneo la presión oncótica es ejercida principalmente por proteínas y complejos proteicos, sobre todo albúmina, y es una fuerza que tiende a empujar agua hacia el interior de los vasos sanguíneos o previene su salida, en oposición a la presión hidrostática que empuja el agua, y también solutos, hacia el exterior.
A lo largo del cuerpo, las sustancias disueltas ejercen la conocida como presión osmótica, una presión que es equivalente a la presión que hay que ejercer sobre una disolución para detener el flujo de disolvente a través de una membrana semipermeable. La presión osmótica depende de la cantidad de partículas disueltas sin importar su naturaleza, y en el cuerpo humano es ejercida principalmente por electrolitos y proteínas.
La presión oncótica es la parte de la presión osmótica ejercida por las proteínas y otras partículas de tamaño coloide. Uno de los papeles más importantes de la presión oncótica se da en los capilares sanguíneos. Aquí, la presión oncótica media es de aproximadamente 25-30 mmHg, y la mayor parte, en torno al 70%, es ejercida por la presencia de altas cantidades de albúmina.
Las grandes moléculas de proteínas, al no poder traspasar las paredes vasculares con facilidad (al contrario que los electrolitos), mantienen la presión osmótica en el interior de los vasos y equilibra la tendencia del fluido del plasma a abandonar la circulación y salir a los tejidos, es decir, compensa la presión hidrostática en el interior de los vasos sanguíneos permitiendo que perfusión capilar no sea excesiva.
También participa en la filtración glomerular y, en consecuencia, en el mantenimiento de la homeostasis.
En aquellas situaciones en las que la concentración proteica en sangre se encuentra disminuida, por ejemplo en casos de proteinuria o de malnutrición, la presión oncótica disminuye y aumenta la extravasación de fluidos desde los capilares hacia los tejidos provocando edemas e hinchazón por trasudados.