
La metáfisis es una porción pequeña que aparece entre la epífisis y la diáfisis de los huesos largos del cuerpo, tanto en los huesos largos grandes, como el fémur, la tibia, el peroné, el húmero, el cúbito, el radio o algunas costillas, como en los huesos largos pequeños, como las falanges, los metacarpianos o los metatarsianos.
La metáfisis es muy importante durante la niñez y la adolescencia, pues en esta zona se sitúa el cartílago o plato de crecimiento que hace posible la elongación del hueso y el crecimiento del individuo.
Índice de contenido
Características generales
En un hueso largo se distinguen tres partes, la epífisis, la diáfisis y la metáfisis:
- Epífisis: cada uno de los extremos ensanchados que hay a cada lado de un hueso largo.
- Diáfisis: es la porción media del hueso, más larga y estrecha que la epífisis.
- Metáfisis: zona de transición entre la diáfisis y la epífisis.
Anatómicamente, la metáfisis se puede dividir en tres componentes según el tipo de tejido presente:
- Componente cartilaginosos: forma el plato epifisiario, plato de crecimiento o fisis.
- Componente óseo: es la metáfisis propiamente dicha.
- Componente fibroso: rodea la periferia del plato de crecimiento.
En los huesos largos grandes aparecen dos metáfisis, una distal y otra proximal, por ejemplo en el fémur, en la tibia o en el peroné. En huesos largos pequeños, por ejemplo las falanges, solo hay una metáfisis.
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Desarrollo de la metáfisis y crecimiento óseo
El plato de crecimiento es un disco de cartílago hialino en el que se sincroniza la condrogénesis o formación de cartílago, con la osteogénesis o formación de hueso. El cartílago conecta la epífisis y la diáfisis haciendo posible la elongación y crecimiento del hueso.
El plato de crecimiento se puede encontrar en niños y adolescentes, mientras que en los adultos el tejido cartilaginoso se sustituye por tejido óseo esponjoso, impidiendo que el hueso pueda seguir creciendo longitudinalmente, lo que tiene lugar en torno a los 18 años en mujeres y a los 21 en hombres.
A partir de este momento, la zona de unión entre la epífisis y la diáfisis se conoce como línea epifisaria.
Así, si en los niños y adolescentes la metáfisis permite el crecimiento óseo, en los adultos su función principal es la transferencia y distribución de carga desde las articulaciones hasta la diáfisis.
Implicaciones médicas
Entre otras posibles implicaciones clínicas, la metáfisis está involucrada en los siguientes casos:
- Debido a su función en el crecimiento óseo, la metáfisis cuenta una irrigación sanguínea abundante, lo que hace que sea propensa a la diseminación hematógena de osteomielitis infecciosas en niños.
- La metáfisis puede verse afectada por cáncer y tumores, tales como osteosarcoma, condrosarcoma, fibrosarcoma, osteoblastoma o encondroma, además de por otras afecciones como displasia fibrosa o diversos tipos de quistes óseos, como el quiste óseo simple y el quiste óseo aneurismático.
- La observación de metáfisis huecas o desgastadas en radiografías de rayos X es un síntoma clínico frecuentemente observado en niños con raquitismo.
- La intoxicación por plomo suele ocasionar metáfisis de apariencia densa bajo rayos X por acumulación de este metal.