La dilatación de la raíz aórtica, como su nombre sugiere, ocurre cuándo la raíz de la aorta se encuentra anormalmente agrandada. También se denomina frecuentemente como aneurisma de la raíz aórtica (del griego ἀνεύρυσμα, aneurysma, «dilatación», de ἀνευρύνειν, aneurynein, «dilatar») y, cuándo se dilata el anillo aórtico, anulectasia aórtica. Las causas pueden ser muy diversas, incluyendo hipertensión crónica, infecciones y traumatismos. Suele ser una afección asintomática hasta que está avanzada pero por sus consecuencias se considera un problema de salud serio que requiere atención médica lo antes posible, generalmente con carácter prioritario o urgente.
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Causas
La aorta es la mayor arteria del cuerpo humano y la raíz se refiere a la parte considerada como el comienzo de este vaso sanguíneo. Es decir, es el tramo de salida de la aorta desde el ventrículo izquierdo del corazón, zona dónde se originan las arterias coronarias y que soporta la válvula aórtica. Esta zona se incluye en la aorta ascendente, el tramo de la aorta previo al arco aórtico y que generalmente se encuentra también afectado en el aneurisma de la raíz aórtica. Su dilatación supone que la pared vascular se debilita y aumenta de diámetro. El debilitamiento junto a la presión desde el interior del vaso puede provocar la rotura de la pared vascular, de ahí que se considere una situación grave.
El diámetro normal de la raíz y aorta ascendente suele estar entre 2 y 3.5 cm y se considera que existe aneurisma cuándo supera 1.5 veces el diámetro normal en comparación con el resto del vaso. Entre las causas más comunes que conducen a la dilatación de la raíz aórtica destacan:
- Causas degenerativas: arteriosclerosis.
- Procesos inflamatorios: arteritis de células gigantes, arteritis de Takayasu, sífilis terciaria, etc.
- Traumatismos.
- Procesos infecciones: destacan los causados por hongos (aneurisma micótico).
- Defectos en la pared vascular: generalmente asociados a enfermedades y trastornos hereditarios como el síndrome de Marfan, el síndrome de Ehlers Danlos o la valvulopatía aórtica bicúspide.
Como factores de riesgo que aumentan las posibilidades de desarrollar aneurisma destacan la diabetes, alcoholismo, tabaquismo, colesterol, edad avanzada e hipertensión. Estos factores hacen que la pared aórtica pierda elasticidad y capacidad de distensión favoreciendo su dilatación.
Síntomas
Prácticamente la mitad de los pacientes son asintómaticos, de ahí que el diagnóstico de la dilatación de la raíz aórtica sea frecuentemente casual por escucha de un soplo aórtico o por radiografía torácica; posteriormente se suele confirmar mediante TAC (Tomografía Axial Computerizada), ecocardiograma o resonancia mangética, entre otras pruebas. Cuándo hay síntomas, los más frecuentes son:
- Insuficiencia cardíaca, derivada de la insuficiencia vavular aórtica (la dilatación del anillo aórtico impide que la válvula se cierre correctamente)
- Dolor torácico. Dependiendo de la gravedad puede ser temporal, especialmente al realizar esfuerzo físico o cambios posturales
- Embolias
- Síntomas derivados de la compresión de otras estructuras: vena cava superior, tráquea, bronquio izquierdo, esófago o nervio recurrente laríngeo
- Síncope. Si se produce un síncope, generalmente con pérdida del conocimiento, indica que ha ocurrido rotura de la aorta (disección aórtica). Esta rotura produce una hemorragia interna que requiere atención médica inmediata.
Tratamiento
La evolución normal de una dilatación de la raíz aórtica es que siga creciendo hasta que se rompa. La disección o rotura aórtica tiene una mortalidad cercana al 100%, motivo que justifica la importancia de un diagnóstico y tratamiento precoz. Un diámetro de la raíz aórtica superior a 6 cm se asocia con un 30% más de riesgo de que se produzca rotura.
Existe tratamiento farmacológico, destinado principalmente a mejorar la sintomatología de la insuficiencia cardíaca, para pacientes que no cumplen las condiciones para someterse a intervención quirúrgica. Para estos pacientes se recomienda un seguimiento regular de la progresión del aneurisma y medidas higiénico-dietéticas, tales como no consumir alcohol, tabaco y control de la colesterolemia.
La cirugía sustitutiva se considera el tratamiento principal. El diámetro del aneurisma es el principal criterio para decidir cuándo intervenir. En general, si el diámetro es igual o superior a 5 cm (50 mm) se procede a la intervención quirúrgica. En pacientes que padezcan síndrome de Marfan o valvulopatía aórtica bicúspide la cirugía se suele realizar si el aneurisma alcanza un diámetro de 4.5 cm (45 mm). Según las características del aneurisma se sustituye toda la raíz aórtica, incluyendo la válvula, o sólo alguna parte. En ocasiones el arco aórtico puede formar parte del aneurisma y también se sustituye en la cirugía. Existen diferentes técnicas y prótesis sustitutivas, en función del caso y las características del paciente el equipo médico elegirá las más adecuadas.