El término «comida basura» o «comida chatarra» (por traducción directa del inglés junk food) es utilizado para referirse a comida de bajo valor nutricional pero con un alto aporte calórico. Mucha gente trata de evitar y limitar el consumo de este tipo de comida en su dieta por considerarse poco saludable, incluso perjudicial para la salud. A pesar de ello, existe una amplia variedad de productos en la industria alimentaria que podrían caer en esta categoría. Nutricionistas, médicos y, en general, cualquier profesional sanitario suele tratar de educar a la gente para evitar comida chatarra en favor de una dieta equilibrada y variada que contenga una alta proporción de alimentos saludables.
Origen y características generales
El término comida basura (junk food) fue adoptado en 1972 por el Center for Science in the Public Interest (Centro para la Ciencia en el Interés Público) con la intención de poner la atención de la opinión pública sobre la comida que aporta muchas calorías pero pocos nutrientes (bajo valor nutricional bajo – alto aporte calórico). Para la industria alimentaria, vender este tipo de comida es muy lucrativo pues se suelen fabricar con productos de bajo coste y frecuentemente con una vida útil larga, lo que hace más fácil el abastecimiento y almacenamiento.
La comida y alimentos que caen dentro de este calificativo son muy variados. Por ejemplo, los snacks, como patatas chips, caramelos, gominolas y alimentos por el estilo son universalmente considerados comida basura. También se suele asociar comida basura con comida rápida como hamburguesas, pizza o frituras. También se suele considerar comida basura a la comida para llevar basada en recetas tradicionales como curris indios, tacos mexicanos, fish and chips anglosajón, etc. La clasificación como comida basura de algunos de estos platos puede tomarse como una ofensa pues han sido preparados y consumidos durante siglos, aunque ello no quiere decir que sean sanos y algunos de ellos pueden ser en realidad sanos pero en la versión de comida rápida pueden prepararse o acompañarse con salsas y otros alimentos que aportan muchas calorías sin valor nutricional.
Si se atiende a la seguridad alimentaria, estos alimentos se consideran seguros para el consumo y el efecto sobre la salud depende de la frecuencia de consumo y el resto de la dieta y hábitos alimenticios. No hay problema en consumir un hamburguesa acompañada de patatas fritas de vez en cuándo, pero una dieta basada principalmente en estos alimentos podría provocar serios problemas de salud, sobre todo por deficiencia de algunas vitaminas y minerales.
En algunas zonas del mundo la publicidad de comida basura es controlada y vigilada de cerca por organismos públicos, pues a menudo va dirigida a menores. Además, cualquier publicidad de posibles beneficios nutricionales de un producto es rigurosamente evaluada para determinar la veracidad del contenido de los anuncios.