
El vello androgénico es un tipo de pelo corporal cuyo crecimiento está relacionado con el nivel de andrógenos. Es más grueso y oscuro que el resto del vello corporal, pudiéndose identificar típicamente como pelo. También suele ser diferente al pelo de la cabeza.
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Distribución en el cuerpo
Durante la niñez el cuerpo está cubierto de vello muy fino y claro. En la pubertad se produce un cambio importante en los niveles hormonales y el vello en diversas zonas del cuerpo comienza a crecer y hacerse más grueso. El cambio continua, aunque a un ritmo más lento, durante la juventud y edad adulta.

El pelo androgénico es mucho más abundante, grueso y oscuro en el cuerpo masculino que en el femenino. De hecho, su abundancia se considera una característica sexual secundaria típicamente masculina.
Se distribuye principalmente en la zona inferior de las piernas, zona púbica, ingle, axilas y brazos. En los hombres también aparece en la zona alta de las piernas, espalda, hombros, pecho, abdomen y cara; en estas zonas las mujeres suelen desarrollar muy poco vello androgénico.
Desarrollo
Los folículos de diferentes zonas del cuerpo tienen diferentes grados de sensibilidad a hormonas androgénicas, principalmente testosterona y derivados, debido a la menor o mayor expresión de receptores androgénicos (NR3C4).
Cuándo los niveles de andrógenos se incrementan a medida que se avanza en edad, la tasa de crecimiento del vello y su tamaño van incrementando en las zonas de mayor sensibilidad a la hormona.
El nivel de sensibilidad hormonal de los folículos pilosos y su distribución viene determinada principalmente por factores genéticos, aunque también pueden influir considerablemente sustancias externas, por ejemplo los disruptores endocrinos.
Aproximadamente a partir de los 50, el vello androgénico comienza a disminuir. No se sabe muy bien por qué ocurre esto pero podría estar relacionado con disminución de los niveles de andrógenos o con una peor circulación sanguínea superficial.
Funciones
El pelo en general se relaciona con una función térmica pero el vello androgénico también está relacionado con una función táctil. La vibración del pelo producida por el aire, insectos o cualquier objeto, se transmite hasta los nervios sensoriales de la dermis y de los nervios foliculares. En este sentido, se puede decir que el vello androgénico expande la superficie sensorial desde la epidermis hacia el aire.
A diferencia de los demás homínidos, la especie humana ha ido perdiendo el pelo corporal a lo largo de su evolución. Se estima que esta perdida comenzó hace unos 2 millones de años cuándo aparecieron los primeros simios bípedos.
En la actualidad, la depilación y eliminación del vello corporal, además de un proceso evolutivo, es un símbolo de belleza en algunas corrientes culturales, sobre todo en occidente, por lo que se realiza de forma artificial.