
El telecanto, también llamado distopia cantorum, se define como una malformación que se caracteriza por un aumento de la distancia intercantal, que es la distancia entre los cantos internos o mediales del ojo, pero manteniendo una distancia normal entre las pupilas.
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Características del telecanto

La separación entre los cantos internos de las órbitas oculares suele estar en torno a los 30 mm, con una separación entre las pupilas aproximadamente de 60 mm.
Estas distancias puede variar considerablemente de una persona a otra, pero la distancia intercantal y la distancia interpupilar suelen estar en una proporción 1:2 en la mayoría de los casos.
En el telecanto, la separación entre los cantos mediales del ojo (también llamados cantos internos o cantos nasales) aparece desproporcionadamente aumentada pero se mantiene la distancia entre las pupilas.
Algunos autores, como Tessier, distinguen varios grados de telecanto. El grado uno presenta una distancia intercantal entre 30 y 35 mm, el grado dos entre 35 y 40 mm, y el grado tres más de 40 mm.
Es importante diferenciar el telecanto del hipertelorismo. En el hipertelorismo hay una separación aumentada de la estructura ósea que forma la órbita ocular, lo que provoca una mayor separación entre los cantos mediales pero también entre las pupilas del ojo, ya que se separan los ojos en su conjunto.
En el telecanto hay una mayor separación entre los cantos mediales pero la distancia interpupilar se mantiene normal.
Tanto el hipertelorismo como el telecanto puede ir acompañado de estrabismo u otras formas de ambliopía.
Causas del telecanto
El telecanto se debe en la mayoría de los casos a malformaciones congénitas (presentes desde el nacimiento) que afectan a la inserción o a la longitud de los tendones de los cantos mediales.
El telecanto congénito puede aparecer de forma aislada o asociado a numerosos síndromes, como el síndrome de Down, el síndrome alcohólico fetal, el síndrome de Waardenburg, el síndrome de Turner o el síndrome de Ehlers-Danlos.
El telecanto traumático se debe a lesiones faciales que afectan al tendón del canto medial, especialmente a los anclajes óseos del tendón cerca de la cresta lacrimal, pero también se puede producir por traumatismos que desplazan la estructura nasoorbital, generalmente tras una fractura en la estructura ósea del complejo naso-orbital-etmoides.
Tratamiento
El telecanto congénito no asociado a ningún síndrome ni traumatismo puede progresar y desaparecer por sí solo a medida que el niño crece. Estos casos no suelen requerir ningún tratamiento, ya que no es frecuente que produzca problemas más allá de la estética.
Si el telecanto congénito va acompañado de estrabismo se suele tratar el estrabismo para prevenir problemas que afecten a la visión.
En casos de telecanto traumático, o de telecanto congénito que sea necesario, se puede recurrir a tratamiento quirúrgico. La cirugía suele involucrar el acortamiento de los tendones del canto medial y su fijación en la cresta lacrimal anterior.
El tratamiento quirúrgico suele ser difícil por la tendencia a que los tendones se vuelvan a descolgarse, por lo que es muy frecuente que se acompañe de una fijación metálica transnasal para lograr una fijación mejor y más duradera.