El tejido subcutáneo, también llamada fascia subcutánea o hipodermis, es el tejido que se sitúa debajo de la piel y que junto a esta forma el tegumento o sistema intergumentario.
Las células que se encuentran en el tejido subcutáneo son principalmente fibroblastos, que sintetizan colágeno y fibras proteicas de la matriz extracelular, adipocitos, que almacenan grasas, y macrófagos, células inmunitarias especializadas en la fagocitosis.
La hipodermis o tejido subcutáneo tiene su origen embrionario en el mesodermo, mientras que la epidermis, la capa externa de la piel, tiene su origen en el ectodermo.
En algunos contextos, el término hipodermis puede confundir si no se sabe el organismo del que se está hablando. Por ejemplo, la hipodermis también es la capa celular inmediatamente inferior a la epidermis de las plantas, aunque su estructura tisular y función son muy diferentes. Otro ejemplo: en los artrópodos, la hipodermis es la capa de células epidérmicas que secretan quitina.
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Estructura del tejido subcutáneo
La hipodermis se suele describir como la capa más profunda de la piel, por debajo de la dermis (capa central) y la epidermis (capa más externa), aunque desde un punto de vista estricto el tejido subcutáneo no forma parte de la piel.
El tejido subcutáneo tiene una estructura similar en todos los animales vertebrados. Consiste básicamente en tejido conectivo tipo laxo y lóbulos de grasa. También contiene numerosos nervios y vasos sanguíneos.
En la hipodermis humana podemos encontrar los siguientes elementos:
- Bandas fibrosas de colágeno y elastina que anclan la piel a la fascia profunda.
- Fibras que conectan la hipodermis con la dermis
- Tejido areolar graso, excepto en la piel de párpados, algunas zonas del pabellón auricular, el clítoris, el pene y el escroto.
- Vasos sanguíneos y vasos linfáticos que riegan la dermis.
- Troncos de nervios cutáneos y muchas terminaciones nerviosas. Por ejemplo, los corpúsculos de Pacini, los mecanorreceptores que nos proveen información sobre el tacto y la vibración.
- Parte glandular de algunos tipos de glándulas sudoríparas. Las glándulas mamarias, que son un tipo de glándula sudorípara modificada, se encuentran completamente en el tejido subcutáneo.
- Raíz de los folículos pilosos.
- En algunas zonas, como la cara, las manos o el escroto, aparecen capas musculares planas y finas llamadas panículos carnosos.
- Células: fibroblastos, adipocitos, mastocitos, etc.
Grasa subcutánea
Una de las funciones más destacadas del tejido subcutáneo es el almacenamiento de grasa con dos fines: aislamiento térmico y reserva energética. Esta grasa también amortigua posibles impactos y protege frente a traumatismos.
El tejido graso no se distribuye de forma uniforme bajo la piel, sino que se distinguen dos capas en la hipodermis: capa areolar y capa lamelar.
La capa areolar es más externa y se encuentra en la hipodermis de casi todo el cuerpo. En algunas zonas, como las caderas, los muslos, el abdomen o los glúteos, la capa areolar se hace más gruesa, mientras que ciertas zonas está completamente ausente, como los párpados, el clítoris o el pene y escroto.
La capa areolar debe su nombre a que los adipocitos se distribuyen en lóbulos separados unos de otros por tejido conectivo. La grasa de la capa areolar se considera grasa de fácil movilización, al contrario que la grasa de la capa esteatomérica, mamilar o lamelar, que es de más difícil movilización.
En la capa lamelar, las células aparecen con forma fusiforme, más pequeñas que en la capa areolar y distribuidas horizontalmente a la dermis. Esta capa profunda es la que más aumenta de volumen al engordar.
Además de la grasa subcutánea, en el organismo también se almacena grasa alrededor de las vísceras. Esta grasa se conoce como grasa visceral y se acumula en la cavidad peritoneal.
Implicaciones médicas
Como el tejido subcutáneo presenta alta vascularización, ciertos fármacos son absorbidos rápidamente y hace de las inyecciones hipodérmicas una buena vía de administración, por ejemplo para insulina.
Entre las afecciones más habituales que afectan a la hipodermis se pueden citar los abscesos y los tumores. Los abscesos subcutáneos se pueden producir por infección bacteriana, fúngica o parasitaria, y suelen necesitar drenaje, a veces utilizando el drenaje Penrose u otras técnicas de drenaje de larga duración.