El sistema de Havers, también llamado osteona u osteon, es la unidad funcional fundamental del tejido óseo compacto. Ha sido observado en la mayoría de mamíferos y también en algunas aves, reptiles y anfibios.
El sistema de Havers es básicamente una estructura cilíndrica con un canal central rodeado de matriz ósea. Tiene una longitud de varios milímetros y un diámetro generalmente inferior a 0,2 mm.
Debe su nombre a Clopton Havers, anatomista inglés que lo describió a nivel microscópico a finales del siglo XVII, aunque había sido observado anteriormente por Anton von Leeuwenhoek.
Índice de contenido
Estructura de las osteonas
Cada osteona está formada por un conjunto de laminillas concéntricas de tejido óseo compacto que rodean a un conducto central, llamado conducto o canal de Havers, cuyo eje longitudinal es paralelo al eje longitudinal del hueso.
Por el centro del canal de Havers pasan los vasos sanguíneos que riegan el tejido óseo. También terminaciones nerviosas amielínicas que inervan el hueso.
Cada laminilla se conoce con el nombre de lamela, de ahí que el hueso compacto se llame también hueso lamelar.
Cada lamela está formada por láminas de tejido óseo compacto y fibras de colágeno. Las fibras de colágeno se disponen en paralelo entre ellas pero oblicuas respecto al eje longitudinal del canal de Havers.
Las fibras de colágeno de cada lamela están inclinadas en dirección opuesta a la inclinación de la lamela contigua. Esta configuración proporciona alta resistencia a la torsión, una de las características más importantes del hueso compacto.
A esta resistencia a la torsión contribuyen cristales de fosfato cálcico (Ca3(PO4)2) que se encuentran alineados entre cada lamela.
Entre cada lamela aparecen unos huecos llamados lagunas. Estos espacios albergan osteocitos, las células óseas más frecuentes en el hueso maduro. En las lagunas también pueden observarse osteoblastos, aunque en menor cantidad que en el hueso joven o en desarrollo.
Los osteocitos, aunque tienen una actividad sintetizadora de matriz ósea disminuida en comparación con los osteoblastos, están involucrados activamente en la regeneración de la matriz ósea, pudiendo destruir y segregar tejido óseo nuevo a través de varios mecanismos, por ejemplo, la osteolisis osteocítica.
Vasos sanguíneos y osteocitos
Los vasos sanguíneos del interior del canal de Havers son los responsables del transporte de nutrientes, oxígeno y productos del metabolismo en el hueso. En el interior del canal de Havers también discurren vasos linfáticos y tejido nervioso.
Los nutrientes en el tejido óseo no difunden a través de la matriz ósea ya que, dada su composición y estructura, no es permeable. El acceso a los nutrientes se da a través de los llamados canalículos calcóforos que parten en todas las direcciones desde las lagunas. Los canalículos calcóforos también permiten que los osteocitos mantengan contacto entre sí.
Las lagunas más próximas al canal de Havers tienen canalículos conectados con otras lagunas y con el canal de Havers. Las lagunas más alejadas no cuentan con conexión directa con el canal de Havers sino que sus canalículos parten hacia otras lagunas.
En las lagunas más externas, los canalículos conectan consigo mismas (canalículos recurrentes).
Esto hace que un osteocito no pueda vivir alejado del canal de Havers. En el ser humano sólo se encuentran osteocitos en un radio, aproximadamente, de 200 μm alrededor del canal de Havers.
Conductos de Volkmann
Los conductos de Havers de las osteonas se comunican con el periostio, con la cavidad medular del hueso y con los canales de Havers de otras osteonas. Esta comunicación se realiza a través de los llamados conductos o canales de Volkmann que se forman como ramificaciones del canal de Havers.
Los canales de Volkmann tienen un diámetro de 100 a 200 μm, no están rodeados de lamelas y atraviesan completamente la osteona.
Localización
Las osteonas se encuentran con más frecuencia en la diáfisis de huesos largos, dónde está el hueso compacto. En la epífisis, situada en los extremos de los huesos largos, nos encontramos con tejido óseo esponjoso, menos denso y más frágil que el compacto, y apenas se observan osteonas y las que hay no están tan bien estructuradas y definidas como las osteonas de la diáfisis.
Función del sistema de Havers
Se cree que la función principal de las osteonas es la reparación del tejido óseo dañado y la reducción del estrés mecánico del hueso compacto, No obstante, el sistema de Havers no está presente en muchos animales vertebrados y su función no se conoce muy bien.
El tejido óseo necrótico deja espacios vacíos en el sistema de Havers, espacios sin osteocitos. Se cree que los canales de Havers absorben el tejido y células muertas y las reemplazan por nuevos osteocitos que crean matriz ósea nueva.
También parecen tener un papel fundamental en la remodelación ósea. Los osteoclastos, las células que degradan el tejido óseo, atacan a las laminillas de osteonas maduras, las cuáles presentan un canal de Havers más estrecho que las osteonas jóvenes.
Los osteocitos de las osteonas degradadas por los osteoclastos no mueren, sino que se diferencian en osteoblastos. Los osteoblastos sintetizan tejido óseo nuevo y forman nuevas osteonas jóvenes.
A medida que los osteoblastos van formando nueva matriz ósea, se van encerrando en sí mismos hasta pasar de nuevo al estado de osteocitos.