La cistitis y la pielonefritis son dos tipos de infecciones del tracto urinario, coloquialmente conocidas como infecciones de orina. Los síntomas son muy parecidos, así como sus causas, pero con ciertas diferencias importantes sobre todo a la parte del tracto urinario afectada y la gravedad que puede suponer la infección.
La cistitis afecta a la vías bajas del tracto urinario, que abarca desde la vejiga hasta la uretra, aunque el nombre cistitis hace referencia específicamente a la vejiga y la infección uretral se denomina uretritis. La pielonefritis, por su parte, se da en las vías altas, desde los riñones a los uréteres, sobre todo en las nefronas, que son las unidades funcionales del riñón que filtran la sangre para formar la orina.
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Causas más frecuentes
Tanto cistitis como pielonefritis son infecciones bacterianas, siendo las especies más frecuentes Escherichia coli y diversas especies del género Proteus. En algunos casos puede haber una infección por varias especies a la vez.
En la zona alrededor de los genitales es normal la presencia de estas bacterias sin que causen ningún tipo de problema, pero en determinadas circunstancias son capaces de penetrar por la uretra y ascender por el tracto urinario hasta producir la infección.
La cistitis es mucho más frecuente que la pielonefritis, pues el paso desde la vejiga a las vías urinarias altas solo se da si hay fallo en la unión vesicoureteral (reflujo vesicoureteral), unión que tiene entre sus funciones principales precisamente impedir la vuelta de orina desde la vejiga a las vías altas.
Síntomas
Los síntomas de la cistitis suelen ser más leves que los síntomas de la pielonefritis, así como su desarrollo y posibles consecuencias.
En la cistitis no suele haber fiebre. El síntoma más característico es el escozor al orinar. Al avanzar la infección, la inflamación de la vejiga y uretra es cada vez mayor y puede aparecer también dolor. El dolor en el bajo vientre puede llegar a ser permanente. Es muy habitual la retención urinaria y polaquiuria, es decir, intentar orinar de forma muy frecuente pero orinar muy poco por el dolor.
En la pielonefritis, por el contrario, es habitual que haya fiebre alta junto a un estado de malestar y debilidad general. También es habitual el dolor en la zona lumbar y que aparezcan los mismos síntomas de la cistitis de escozor y dolor al orinar.
Estos síntomas se pueden dar también en vaginitis y uretritis que no alcancen la vejiga. Para hacer un diagnóstico diferencial se suele realizar un examen y cultivo de orina, generalmente acompañado de una prueba de imagen, como radiografía o ecografía, para evaluar el estado de la vejiga y de los riñones.
La pielonefritis puede dejar cicatrices en el riñón y si es recurrente puede llegar a comprometer la función real. Entre los factores de riesgo de la pielonefritis están la obstrucción del tracto urinario, disfunciones urológicas (por ejemplo malformaciones que faciliten el reflujo vesicoureteral) o enfermedades sistémicas como la diabetes.
Tratamiento
El tratamiento para ambos casos es la administración de antibióticos para matar e impedir el crecimiento bacteriano. Los antibióticos se suelen administrar por vía oral, aunque en algunas situaciones se pueden administrar también en forma inyectable.
En el caso de pielonefritis se suele investigar la presencia de complicaciones que la hayan causado, por ejemplo si existen o no malformaciones en la unión vesicoureteral.
Resumen comparativo
- La cistitis afecta las vías bajas del tracto urinario, la pielonefritis a las vías altas.
- La cistitis no suele provocar fiebre, la pielonefritis sí.
- La pielonefritis puede llegar a comprometer la función renal, especialmente en casos recurrentes.
- Ambas está provocadas por infecciones bacterianas y el tratamiento es con antibióticos.