
Se suele decir que el cuerpo humano está formado en su mayor parte por agua, y es que de media el 65% del peso corporal se debe al agua.
No obstante, esta cifra es un dato medio calculado considerando todas las edades y sexos, pero en ancianos suele ser menor, en bebés suele mayor y en hombres suele ser mayor que en mujeres.
La realidad es que la cantidad de agua en el cuerpo humano puede variar desde el 50 al 75% en diferentes etapas de la vida:
- Adultos: entre el 50-65%.
- Bebés y niños: hasta el 78% en recién nacidos, baja al 65% a partir de 1 año de edad.
- Ancianos: <50%.
Además, el porcentaje de agua, al igual que otras características de la composición corporal, presenta una relación clara con el sexo, el estado físico y la cantidad de tejido adiposo. El tejido graso es uno de los tejidos con menos agua, tan solo el 10%.
Un adulto masculino medio tiene un porcentaje de agua en torno al 60% (58 ±8%), mientras que la mujer se sitúa alrededor del 50% (48 ±6%). Esto se debe, entre otras razones, a que las mujeres suelen tener más porcentaje de tejido adiposo de forma natural. Por el mismo motivo, las personas con sobrepeso tienen un porcentaje de agua menor.
- Bebés y niños tienen el mayor porcentaje de agua
- Les siguen los hombres adultos
- Las mujeres adultas tienen menos agua que hombres y niños.
- Obesos y personas con sobrepeso son las que tienen menor porcentaje de agua, pueden llegar incluso a estar por debajo del 45%.
Además de la edad, el sexo y la complexión, el porcentaje de agua cambia por otros muchos factores; por ejemplo, por el nivel de hidratación o el estado de salud.
La sensación de sed aparece cuando se pierde el 2-3% del agua corporal. El rendimiento mental y la coordinación física se pueden ver afectados incluso antes, a partir de 1% de deshidratación.
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Distribución del agua en el cuerpo humano
El agua del cuerpo puede aparecer como fluido libre o como parte de otras sustancias y tejidos.
La mayor parte del agua corporal se encuentra en el interior de las células formando parte del fluido citoplasmático. Este agua representa aproximadamente dos tercios de todo el agua corporal.
El resto, aproximadamente un tercio, se corresponde con el agua de fluidos extracelulares.
Así, una persona con 70 kg de peso, puede tener unos 40 litros de agua en su cuerpo repartida en varios fluidos:
- Fluido intracelular: unos 25 litros estarían en el interior de las células.
- Fluidos extracelulares: unos 15 litros estarían en fluidos como el plasma, fluido intersticial, fluidos gastrointestinales, cerebroespinales, oculares, etc.
Además, la distribución del agua corporal no es homogénea entre los diferentes órganos y tejidos. El 90% de la sangre es agua, lo que representa el 20% del agua corporal total. El cerebro y los pulmones tienen ∼80%, riñones, músculos y corazón un 75%, la piel un 65%, y los huesos alrededor de un 30%, siempre teniendo en cuenta que son datos bastantes variables.

Función del agua corporal
El agua es esencial para cualquier forma de vida conocida en el planeta Tierra, quien sabe si existirán otras formas de vida en el Universo que no necesiten agua. Entre sus funciones, destacan:
- Es el principal solvente del cuerpo. Disuelve minerales, vitaminas hidrosolubles y numerosos nutrientes.
- Como solvente, transporta nutrientes y oxígeno a las células.
- Esencial en la formación del líquido lubricante de las articulaciones.
- Actúa como amortiguador térmico para regular la temperatura interna. Esto se debe en gran parte a que el agua tiene un alto calor específico. El agua también interviene en la regulación térmica por transpiración.
- Principal componente en muchos fluidos: saliva, sangre, sudor, etc.
- Absorbe impactos en diversos órganos, por ejemplo, cerebro y médula espinal.
- A través del agua se eliminan numerosas sustancias de desecho y sustancias tóxicas, por ejemplo a través de la orina o del sudor.
Para evitar la deshidratación y mantener el nivel óptimo de agua, se recomienda beber 2 litros al día o 30 ml por kg de peso corporal, aunque las necesidades concretas de cada persona pueden cambiar según su situación física y estado de salud.