¿Qué son las membranas extraembrionarias?

Feto 3D
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El embrión humano, al igual que los embriones del resto de animales mamíferos, mantiene una estrecha relación con la madre.

El embrión utiliza el cuerpo de su madre para obtener oxígeno y nutrientes por un lado, y para eliminar dióxido de carbono y desecho metabólicos por otro.

Además, la relación entre el embrión y la madre se puede entender como una relación esencialmente parasitaria, pues ambos son dos organismos diferentes: en este sentido, el embrión debe evitar que el sistema inmune de la madre lo rechace como si de un organismo invasor se tratase.

Todos estos requisitos de interacción y separación son cumplidos por la placenta y las membranas extraembrionarias, también conocidas como tejidos o estructuras extraembrionarias.

Las 4 membranas extraembrionarias

Aunque las membranas extraembrionarias se forman a partir del embrión, no se consideran parte de él, de ahí que se denominen «extraembrionarias».

En el embrión humano se forman cuatro membranas extraembrionarias:

  • Saco vitelino
  • Amnios
  • Alantoides
  • Corion
Esquema de las membranas extraembrionarias
Esquema de las membranas extraembrionarias

Saco vitelino

El saco vitelino es un anexo membranoso que se localiza ventral al embrión. Se relaciona con el vitelo del ovocito y es la primera estructura que se puede observar en el saco gestacional, generalmente a los 3 días de gestación.

En aves, reptiles, peces y mamíferos primitivos, el saco vitelino tiene una función nutritiva y es mucho más grande que en humanos y mamíferos más desarrollados.

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En los humanos, la nutrición del embrión es responsabilidad exclusiva de la placenta, mientras que el saco vitelino es responsable de la hematopoyesis (formación de sangre) y de la circulación vitelina (entre el saco vitelino y el corazón tubular del embrión), hasta que comienza la circulación interna del propio feto.

En algunas ocasiones es posible observar el saco vitelino tras el nacimiento como un pequeño elemento de 1 a 5 mm de forma oval, pero es muy raro que permanezca al nacer.

Amnios y saco amniótico

El saco amniótico, coloquialmente llamado saco de aguas, está formado por una membrana extraembrionaria llamada amnios que encierra la cavidad amniótica.

La cavidad amniótica contiene el líquido amniótico, líquido en el que se desarrolla el feto y que lo sostiene hasta momentos antes del nacimiento.

El líquido amniótico sirve para absorber las presiones mecánicas a las que pueda estar sometido el feto, al tiempo que permite su movimiento normal. El líquido amniótico también protege al feto de adherencias tisulares.

Los reptiles, aves y mamíferos son animales amniotas, pues su embrión desarrolla saco amniótico, mientras que peces y anfibios son animales anamniotas.

El corion es la membrana extraembrionaria más externa que rodea al embrión y que colabora en la formación de la placenta. Esta membrana es concéntrica al amnios y es común que se considere como parte del saco vitelino.

Alantoides

El alantoides se forma inicialmente como evaginación del endodermo embrionario, concretamente a partir del tubo digestivo primitivo. A medida que avanza la gestación, el alantoides va adquiriendo forma de saco alargado y forma parte del cordón umbilical.

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El alantoides tiene funciones excretoras. Del alantoides surgen los vasos alantoideos, y de ellos se forman los vasos umbilicales, y las vellosidades coriónicas de la placenta.

En un punto, el alantoides se fusiona con el corion en transición hacia la porción materna de la placenta. Esta zona intermedia se conoce como membrana corioalantoidea, que es muy rica en vasos sanguíneos y forma la porción fetal de la placenta.

En reptiles y aves el alantoides tiene funciones respiratorias y de almacenamiento de desechos.

Corion

El corion es la membrana extraembrionaria más externa. Esta membrana envuelve a todo el embrión. El corion envuelve al amnios de forma concéntrica y su interacción con el endometrio de la madre dará lugar a la formación de la placenta.

El corion consta de dos capas, una externa llamada trofoblasto y una interna que está en contacto con el amnios. El trofoblasto, a su vez, está formado por una capa de células llamadas citotrofoblasto, y otra capa de células llamadas sincitiotrofoblasto.

El corion se desarrolla rápidamente al comienzo de la gestación formando unas proyecciones (vellosidades coriónicas) que invaden la decidua uterina para absorber los nutrientes necesarios para el desarrollo embrionario. A partir de esta interacción se forma la placenta.

A la capa interna del corion llegan las arterias y venas umbilicales, las cuales llevan los nutrientes aportados por la placenta hasta el embrión y el feto.

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