
El tejido epitelial es uno de los cuatro tipos básicos de tejido que hay en el cuerpo humano, caracterizado por una mayor cohesión celular que el resto de tejidos, por la ausencia de riego sanguíneo propio y por presentar una clara polarización entre una cara apical y una cara basal.
El tejido epitelial está especializado en el recubrimiento de cavidades y superficies del cuerpo, tanto externas como internas. En las superficies internas se conoce como endotelio, en las externas como epitelio y en algunos órganos forma el parénquima.
Dentro del tejido epitelial podemos distinguir varios tipos según función. Por ejemplo, el tejido epitelial que recubre la superficie interna de las glándulas, conocido como epitelio glandular, tiene una función eminentemente secretora.
Del mismo modo, un epitelio sensorial es un tipo de tejido epitelial encargado de la función sensorial, es decir, de la captación de señales provenientes del entorno (químicas físicas, mecánicas) y su transformación en señales eléctricas (impulsos nerviosos).
Esta transformación se conoce como transducción, y es realizada por células excitables altamente especializadas conocidas como receptores o neuronas sensoriales.
De esta forma, el epitelio sensorial conecta con el entorno con el sistema nervioso y permite que el organismo interaccione de forma rápida con el medio ambiente.
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Neuronas sensoriales
Como se ha mencionado, los epitelios sensoriales cuentan con células excitables capaces de convertir señales externas en señales eléctricas, un tipo de neuronas conocidas como neuronas sensoriales.
La estructura de las neuronas sensoriales en su extremo apical (en la cara superficial del epitelio) es diferente según el estímulo al que responden, lo que da lugar a diferentes tipos de neuronas sensoriales en cada tipo de epitelio sensorial.
Así, en el oído las neuronas sensoriales son las células pilosas, en la retina son los fotorreceptores y en el epitelio olfatorio son las neuronas sensoriales olfatorias.
Las neuronas sensoriales se disponen entre el resto de células epiteliales no excitables, las cuáles ofrecen soporte mecánico y metabólico a las neuronas sensoriales.
El extremo apical de las neuronas sensoriales se orienta hacia la superficie epitelial, y en este extremo es donde se detectan estímulos externos y se convierten en potenciales de membrana, es decir, en señales eléctricas o impulsos nerviosos.
En el extremo basal, las neuronas sensoriales hacen sinapsis con otras neuronas que son las que finalmente transmiten el impulso nervioso hasta zonas específicas del cerebro donde se interpreta la información recibida.
Epitelios sensoriales en el cuerpo humano
Los epitelios sensoriales tienen su origen en el ectodermo, la capa embrionaria más externa, junto a la epidermis y el sistema nervioso central.
En el cuerpo humano se distinguen tres epitelios sensoriales: la retina o epitelio visual, el epitelio olfatorio y el epitelio auditivo.
Cada uno de ellos se localiza en sus respectivos órganos sensoriales: ojo, nariz y oído, órganos muy complejos evolucionados para captar, filtrar y concentrar señales externas y dirigirlas hasta el epitelio sensorial correspondiente.
- Epitelio visual: el epitelio visual se localiza en la retina del ojo. Las neuronas sensoriales se conocen como fotorreceptores (conos, bastones y ipRGCs) y se excitan al interaccionar con los fotones de la luz a través de diferentes pigmentos (opsina, retinal).
- Epitelio olfatorio: las neuronas olfatorias expresan proteínas que interaccionan con sustancias químicas que llegan a través del aire, por lo que son quimiorreceptores.
- Epitelio auditivo: el funcionamiento del oído se basa en las células pilosas, también conocidas como células ciliadas auditivas, cuyos cilios detectan la vibración que producen las ondas sonoras en la endolinfa, un líquido que rellena el oído interno. Los receptores auditivos son, por tanto, mecanorreceptores. En el oído también se percibe la posición y movimiento del cuerpo (equilibriocepción).
De los tres epitelios sensoriales, el epitelio visual y el epitelio olfatorio se consideran parte del Sistema Nervioso Central, ya que ni el nervio óptico ni el nervio olfatorio hacen sinapsis con un ganglio nervioso antes de llegar al cerebro, es decir, estos nervios conectan directamente el epitelio sensorial y el cerebro.
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