Los fusibles y los interruptores automáticos son dispositivos utilizados en los circuitos eléctricos para interrumpir el flujo de electricidad en caso de sobrecarga.
Ambos dispositivos se pueden entender como sistemas de seguridad para evitar que una sobrecarga eléctrica produzca daños, tanto en los aparatos como en la red eléctrica.
La diferencia entre fusibles e interruptores radica en su forma de funcionamiento:
- Fusible: consta de una pieza o filamento de metal que se rompe cuando se calienta por encima de una temperatura determinada. Al romperse, el flujo eléctrico se interrumpe. Los fusibles responden más rápido que los interruptores, pero los fusibles afectados tienen que ser sustituidos por fusibles nuevos
- Interruptor automático: dispone de un mecanismo conmutador que se activa cuando aumenta la tensión eléctrica (voltaje).
Índice de contenido
Funcionamiento de los fusibles
Los fusibles están formados por un filamento de metal encerrado en una carcasa de vidrio o de cerámica.
En instalaciones domésticas, los fusibles suelen estar en un caja central de fusibles por dónde pasan todos los cables del edificio. También es frecuente encontrar cajas de fusibles en cada habitación o, en instalaciones más antiguas, en cada enchufe.
Los fusibles permiten el paso de electricidad a través del filamento conectando los distintos circuitos de la instalación. Si ocurre una sobrecarga. el filamento se calentará y se derretirá rompiéndose e impidiendo que continúe el flujo de electricidad.
Por lo general, los fusibles utilizados en los hogares son muy sensibles y por encima del nivel para el que fueron diseñados tardan muy poco en romperse. Una vez que un fusible se ha roto hay que reemplazarlo por uno nuevo.
Existen fusibles fabricados para soportar diferentes voltajes. Lo mejor es utilizar fusibles con una capacidad ligeramente superior que la corriente que normalmente pasará a través de él. De esta forma podemos proteger adecuadamente a los aparatos y equipos conectados a la red.
Funcionamiento de los interruptores automáticos
Los interruptores automáticos, también llamados automáticos, breaker, pastilla o disyuntor, también interrumpe el flujo eléctrico en caso de sobrecarga pero lo hace utilizando un conmutador.
El conmutador utilizado puede utilizar un electroimán o una tira bimetálica. En los dos casos el principio de funcionamiento es similar.
Cuando el interruptor está en posición de encendido, la corriente eléctrica puede pasar desde un terminal a otro a través del electroimán o de la tira bimetálica.
Cuando la corriente eléctrica supera un cierto nivel de voltaje, la fuerza magnética en el electroimán aumenta hasta que es capaz de empujar la palanca metálica del conmutador interno e interrumpir el flujo eléctrico.
En el caso de las tiras bimetálicas, estas se doblan hasta empujar la palanca del conmutador.
A diferencia de los fusibles, cuando un automático salta no es necesario sustituirlo por uno nuevo. Basta con volver a poner el interruptor en posición de encendido.
Los interruptores de circuito se suelen encontrar en un cajetín en el que hay interruptores para diferentes partes del circuito eléctrico. Por ejemplo, en una casa puede haber un interruptor para el circuito de iluminación y otro para los enchufes o para diferentes zonas de la casa.
Otro uso común de los interruptores automáticos es como interruptores de circuito con detección de falla a tierra. Estos interruptores responden al equilibrio de la corriente eléctrica y no al sobrecalentamiento.
Si no hay balance en la corriente eléctrica el interruptor corta su paso evitando descargas. Son muy útiles en cuartos de baño y cocinas donde hay mayor riesgo de descargas eléctricas por el continuo uso de aparatos eléctricos cerca de agua.
Ventajas y desventajas de fusibles e interruptores
Los fusibles y los interruptores automáticos ofrecen una serie de ventajas y de inconvenientes que hacen que la elección de uno u otro dependa de la situación concreta.
Los fusibles son baratos y reaccionan muy rápido a las sobrecargas ofreciendo más protección, lo que interesa especialmente en dispositivos electrónicos muy sensibles o caros. De hecho, es frecuente que los aparatos eléctricos más sensibles dispongan de sus propios fusibles.
Pero la alta sensibilidad de los fusibles puede volverse una desventaja si estamos en un circuito con picos regulares que alcancen el punto de ruptura de los fusibles con frecuencia.
Los fusibles han de reemplazarse por unos nuevos cuando saltan, lo que puede suponer un auténtico inconveniente si no se dispone de ellos en el momento.
Otra desventaja es que los fusibles suelen comprarse sin consejo profesional e instalarlos uno mismo. Es fácil y frecuente elegir fusibles con una capacidad demasiado alta y esto lleva a que no cumplan con su propósito de protección.
Los interruptores automáticos, por su parte, tienen muchas más ventajas. Puedes restaurar el paso de corriente eléctrica tan fácil como volver a encender el interruptor sin tener que reemplazar ninguna pieza.
Además, la manipulación manipulación de los interruptores es mucho más segura que la instalación de un fusible.
Una desventaja de los interruptores automáticos es que normalmente son más caros, no ya el interruptor en sí mismo sino su instalación y reparación, siendo frecuente que lo tenga que realizar un profesional.
Los interruptores automáticos no reaccionan tan rápido como los fusibles y es posible que los dispositivos electrónicos conectados al circuito se dañen antes de que el automático salte por una sobrecarga.
Ambos tipos de interrupción eléctrica no pueden intercambiarse en todas la situaciones. Por ejemplo, un fusible no se puede utilizar como un interruptor de circuito de falla a tierra. Un electricista es el profesional cualificado para determinar si en una determinada situación es mejor un fusible o un interruptor.