Las huellas dactilares de las yemas de los dedos son una característica individual muy conocida por su uso en la ciencia forense para la identificación de personas. Su formación ocurre durante el desarrollo fetal, comenzando aproximadamente en la décima semana de gestación y completándose en la semana 17, pero aún no se han podido descifrar exactamente como se forman estos patrones únicos en cada persona.
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Formación por tensión dérmica
Según una de las teorías más extendidas, las huellas dactilares se formarían por tensión en la epidermis generada por un ratio de crecimiento diferente entre sus diferentes capas. La tensión generaría la deformación en la capa superficial y con ella las crestas y patrones de las huellas dactilares.
La epidermis es la capa más superficial de las tres capas que forman la piel. Dentro de la epidermis se distinguen a su vez 4 capas o estratos, 5 en la epidermis de las plantas de los pies y palmas de las manos (incluyendo los dedos).
El estrato basal de la epidermis es dónde van multiplicándose las células cutáneas que forman la capa externa de la piel. A medida que se van multiplicando, van empujando las capas superiores y generando el estrato córneo, que es el estrato superficial en contacto con el exterior.
En el feto, el estrato basal crece más rápido que los estratos y capas circundantes (estrato córneo de la epidermis por arriba, y las capas de la dermis por debajo). La tensión por esta diferente velocidad de crecimiento crea pliegues y torsiones en la capa basal de las zonas límite de la piel, como son las yemas de los dedos y los nudillos.
Los pliegues formados de esta forma quedan registrados de forma permanente en el estrato basal y son la guía para las crestas que darán lugar a las huellas dactilares.
Al quedar registradas en el estrato basal, las huellas dactilares no puedan ser destruidas por heridas superficiales. No obstante, aún hay dudas sobre como es posible que los patrones generados en etapas tan tempranas del desarrollo fetal se mantengan en etapas posteriores.
Además de las huellas dactilares, la piel de los dedos y de las palmas de las manos presentan otras características diferentes a la piel del resto del cuerpo. Por ejemplo, presentan una notable mayor cantidad de glándulas sudoríparas y no presentan folículos pilosos.
Tipos de patrones básicos
Como se ha visto, las huellas dactilares se forman por crestas en la piel de las yemas de los dedos. Estas crestas dibujan tres tipos de patrones básicos: arcos, espirales y bucles. De los tres tipos, los bucles son el tipo de patrón más común y aparecen en el 70% de las personas.
Se pueden dar los tres patrones a la vez en la misma persona, aunque lo más común es que no sea así. También se pueden combinar o aparecer de forma más o menos compleja y con diferentes inclinaciones, dando lugar a una amplia gama de tipos de patrones a partir de los tres básicos.