Los atolones, también llamados atolones coralinos, son un tipo de arrecife de coral con forma de anillo que rodea una laguna central. El anillo puede ser completo o parcial.
En este artículo veremos qué es un atolón, sus características y cómo se forman según las teorías de Darwin.
Índice de contenido
¿Qué son los atolones?
La palabra atolón proviene del indoario އަތޮޅު (atholhu), un idioma hablado en las Islas Maldivas, en el Océano Índico, un país formado en su totalidad por 26 atolones.
Los atolones están formados por un anillo de coral más o menos circular que rodea total o parcialmente una laguna central, aunque la forma es muy variable.
El coral es un animal que forma colonias y secretan carbonato cálcico para formar un esqueleto externo duro. En los atolones, el coral se asienta en los bordes de un antiguo volcán o isla oceánica extinta que con el paso del tiempo se ha hundido.
También hay atolones, aunque mucho menos habituales, que se asientan directamente sobre el lecho oceánico, en zonas que se han hundido o en zonas en las que el nivel del mar ha subido, permitiendo la formación de un arrecife de coral en anillo.
Los atolones se pueden definir como un tipo de isla coralina oceánica, aunque de forma más exacta, un arrecife de coral, una isla coralina y un atolón, son tres etapas del mismo proceso, tal y como veremos más adelante.
Los atolones son muy numerosos en el Pacífico Sur, donde aparecen generalmente en medio del océano. Por ejemplo, en Islas Carolina, Islas Cook, Polinesia Francesa o Micronesia.
También son numerosos en el Océano Índico, por ejemplo en las Seychelles o en las Islas Maldivas, y aunque menos numerosos también hay atolones en algunas zonas del Atlántico y el Caribe.
La alta diversidad de especies que viven en los atolones, y en los arrecifes de coral en general, los han convertido en zonas de especial protección e interés científico, con muchos de ellos declarados Reserva de la Biosfera, además de alta atracción turística, especialmente para los amantes del buceo
Formación de un atolón
La formación de los atolones se produce durante millones de años, se cree que algunos de los atolones actuales podrían haber estado en proceso de formación durante más de 30 millones de años.
La primera persona en dar una explicación aceptable sobre la formación de los atolones coralinos fue Charles Darwin en 1842, explicación que todavía es aceptada como básicamente correcta.
Observando atolones en el Pacífico sur, Darwin llegó a la conclusión de que estas formaciones eran fruto de dos procesos simultáneos: el crecimiento de un arrecife de coral y el hundimiento gradual de una isla oceánica.
Según Darwin, una isla volcánica tropical, una isla coralina y un atolón son tres estados del mismo proceso biogeológico. La isla tropical sería la primera etapa. Esta isla se forma por la colisión de placas tectónicas en zonas de alta actividad volcánica.
La mayoría de atolones, especialmente los del Océano Pacífico, están sobre antiguas islas volcánicas. En un primer momento, estas islas no albergan vida, pues estas aguas relativamente calientes no son muy ricas en nutrientes para sustentar vida marina abundante.
Los corales, unos animales coloniales (salvo algunas excepciones que son pólipos solitarios), comienzan a asentarse sobre la parte sumergida de la isla, a poca profundidad.
Cuando abundan los corales hermatípicos, también llamados corales pétreos, se van formando estructuras calcáreas a medida que mueren. Sobre ellas se van asentando nuevos corales y el tamaño de la colonia va creciendo hasta formar un arrecife de coral que rodea la isla.
La isla volcánica comienza a hundirse, principalmente por erosión, entrando en la segunda etapa de la formación de los atolones.
El arrecife de coral continúa creciendo mientras la isla sigue hundiéndose. Este proceso geológico en direcciones opuestas se alarga millones de años hasta que la isla desciende prácticamente hasta el nivel del mar. El arrecife se ha convertido ahora en una barrera coralina.
Alrededor de 5 millones de años más tarde, la isla está ya muy por debajo del nivel del mar y un lago salado domina el centro del anillo de coral. El crecimiento del coral ha llegado a situarlo sobre el nivel mar, donde la acción del viento y las olas lo erosionan y lo transforman en arena.
Esta arena se va depositando hasta formar los llamados cayos. El atolón de coral ya está plenamente formado y maduro.