La ciclogénesis explosiva, también conocida como bomba meteorológica o bombogénesis, es un fenómeno meteorológico producido por la formación de un ciclón (sistema de bajas presiones) en un período de tiempo corto.
En un sentido estricto, se define como la formación de un área de bajas presiones extratropical con una caída de la presión de al menos 24 milibares en 24 horas, o submúltiplos, por ejemplo 12 mb en 12 h. En otras palabras, es un ciclón formado rápidamente en latitudes medias de la Tierra.
La caída de 24 mb en 24 h se toma como la definición base a una latitud de 60 º N. A mayores latitudes, la intensidad del descenso de presión sería mayor para catalogarse como explosivo, y viceversa. Así, en los polos sería de 28 mb/24 h y en latitudes de 25 º sería de tan sólo 12 mb/24 h.
Aunque puede ocurrir en cualquier época del año, es más común durante el invierno, de Octubre a Marzo en el hemisferio norte. También son más frecuentes en latitudes medias-altas y en zonas oceánicas abiertas.
El resultado de la ciclogénesis explosiva son borrascas intensas con descargas de lluvia o nieve que pueden llegar a ser violentas y estar acompañadas de fuertes vientos que pueden superar los 100 km/h.
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Formación
La formación de bombas meteorológicas es un proceso en el que pueden participar diferentes mecanismos. Algunos de los más importantes son la inestabilidad baroclínica.
También influyen procesos adiabáticos junto a factores como la liberación de calor latente, interacción aire-océano y procesos frontogénicos en la troposfera.
Inestabilidad baroclínica
En la dinámica de fluidos, la baroclinia es una situación de equilibrio en un fluido estratificado, como es la atmósfera, en la cual el gradiente de presión y el gradiente de densidad no están alineados.
En meteorología, el gradiente de presión se representa mediante isobaras y el gradiente de densidad se representa mediante isopicnas. La baroclinia atmosférica, por tanto, es una situación de equilibrio caracterizada por isobaras e isopicnas que no son horizontales entre sí, lo cual ocurre cuándo la densidad depende de la presión y de la temperatura, al contrario que en la atmósfera barotrópica, en la cuál la densidad depende solo de la presión.
En latitudes ecuatoriales y tropicales son más comunes las situaciones barotrópicas, mientras que en latitudes medias y polares son más comunes las situaciones baroclínicas, motivo por el que la ciclogénesis explosiva se da frecuentemente en zonas extratropicales.
Cuándo existe una zona alta de bajas presiones y una zona baja de bajas presiones, se produce un estrechamiento por dónde el aire ha de pasar, lo que produce el aumento de la velocidad del aire y la perturbación de la baroclinia.
En el norte del Océano Atlántico, dónde la ciclogénesis explosiva es bastante frecuente, se enfrentan aire caliente y húmedo de las capas bajas de la atmósfera en contacto con el mar, con aire muy frío y seco que trae el Chorro Polar en las capas atlas, a unos 11 mil metros sobre el nivel del mar, ambos entre dos zonas de bajas presiones.
El aire cálido crea corrientes ascendentes que arrastran aire de alrededor, succiona aire de las zonas adyacentes, succión que hace disminuir la presión y crea fuertes vientos. El aire frío superior cae rápidamente a las zonas de baja presión, incrementando la velocidad de ascenso y de giro de las corrientes húmedas ascendentes, y así comienza la formación a gran velocidad de una borrasca y la ciclogénesis explosiva.