Los orzuelos son bultos inflamados en el borde del párpado, generalmente con pus. La causa más frecuente son infecciones bacterianas de glándulas del párpado. Destacan las infecciones causadas por Staphylococcus aureus, una bacteria muy común en la flora cutánea.
Las glándulas del párpado que se infectan pueden ser la glándula de Zeis (una glándula sebácea) o la glándula de Moll (sudorípara), que producen orzuelos externos, y la glándula de Meibomio, otra glándula sebácea cercana a las pestañas que produce orzuelos internos. La infección suele ser secundaria a una obstrucción de la glándula, pero puede ser al revés, que la infección provoque la obstrucción de la glándula.
Los orzuelos afectan a personas de todas las edades y se pueden propiciar por falta de higiene, nutrición deficiente o privación de sueño. También pueden ser secundarios a la blefaritis, que es la inflamación de tejidos del párpado por mal funcionamiento de las glándulas sebáceas y producción de ácidos grasos que irritan la superficie ocular.
Suelen tener un buen pronóstico, no dañan al ojo ni a la visión y no se consideran una afección grave, aunque pueden ser muy molestos, incluso dolorosos.
Tratamiento y manejo
Los orzuelos pueden desarrollarse en muy poco tiempo. Y también pueden vaciarse y curarse de forma rápida y espontánea. Pueden durar desde unos pocos días a una o dos semanas y la mejor prevención es una buena higiene de ojos y manos. No se deben presionar, punzar ni intentar reventar, ya que se corre el riesgo de que la infección se expanda a tejidos adyacentes.
Aunque la mayoría de los casos remiten por sí solos, si persiste más de una o dos semanas se debe acudir al médico para que evalúe la necesidad de tratamiento, que generalmente incluye el uso de antibióticos por vía oftálmica; algunos de los más utilizados son el cloranfenicol y la eritromicina. En caso de múltiples orzuelos y orzuelos persistentes, es frecuente el uso de antibióticos por vía oral. En algunos casos, los orzuelos se tratan con incisión para facilitar el drenaje, aliviar los síntomas y facilitar la cura.
En casos muy persistentes que no respondan a ningún tratamiento puede ser necesario la extirpación quirúrgica; en estos casos se suelen tomar muestras del tejido extirpado para estudiar posibles causas más graves, incluyendo cáncer de piel.
Las complicaciones de los orzuelos son poco frecuentes. Una de las más comunes es el chalazión o calacio, un lipogranuloma producido por obstrucción total de las glándulas, generalmente de la glándula de Meibomio. El chalazión también se puede producir sin infección y sin orzuelo previo. Otras complicaciones de los orzuelos incluyen la expansión de la infección al resto del párpado y otras partes del ojo, incluso puede llegar al torrente circulatorio y producir una infección sistémica, aunque son casos muy raros.